Hollywood se apresta a reencontrarse con la gran pantalla: el thriller Unhinged, con Russell Crowe, se estrenará el 10 de julio, la primera película en salas en Estados Unidos (EU) desde que los cines cerraron debido al coronavirus hace más de tres meses.
El 31 de julio será la tan esperada Tenet de Christopher Nolan la que debe proyectarse en las salas oscuras.
¿Pero valdrá la pena para los estudios esta apuesta de un rápido regreso?
Si bien los principales circuitos de salas de todo el país planean volver a encender los proyectores durante la primera quincena de julio, los cines en Nueva York y Los Ángeles aún no pueden.
E incluso con medidas de distanciamiento social y el aumento de la frecuencia de limpieza, queda por ver si el público aceptará regresar a estos espacios cerrados, con el riesgo de una posible segunda ola de la pandemia.
AMC, la primera red de salas de cine del mundo, causó revuelo al negarse a que el uso de mascarillas fuera obligatorio en sus cines. Ante las críticas, la empresa tuvo que dar marcha atrás, estableciendo la obligatoriedad de su utilización en ciertas regiones de EU cuando se vuelvan a poner en marcha sus complejos.
Desde distribuidores independientes hasta estudios productores de éxitos taquilleros, todos tendrán los ojos en los próximos estrenos.
“Alguien tiene que ser el primero; el riesgo definitivamente vale la pena”, dijo el analista de entretenimiento Jeff Bock, de Exhibitor Relations. Unhinged es un “ensayo para los otros estudios”.
Pero querer ir demasiado rápido puede ser peligroso, como lo demuestra China, donde los cines reabrieron de manera optimista a fines de marzo y cerraron nuevamente unos días después.
Si se asocian nuevos brotes con las salas en EU, “los cines cerrarán durante mucho tiempo”, augura Bock.
