Un gimnasio del norte de México satisface el clamor de entusiastas del ejercicio y la vida saludable con el “covid fitness”. Los entrena en cubículos trasparentes, libres de contactos o fluidos riesgosos, y exhibidos como en vitrina.
Mientras el país intenta transitar a la nueva normalidad del desconfinamiento, el gimnasio Challenge Fitness de Ciudad Juárez, decidió aislar los espacios donde sus clientes se ejercitan, fabricando habitáculos con plástico y madera conglomerada que asemejan peceras.
David Rojas, director del gimnasio, confiesa que la idea de los cubículos surgió tras un pleito con su esposa que lo llevó a dormir en otra habitación.
Fue para “que no me pase los virus (...) ahí se me prendió el foco”, recuerda. “Si hacemos unos cuartos y habilitamos las instalaciones para que los clientes puedan entrar y hacer su ejercicio funcionalmente no debe de haber ningún problema”.
Rojas, aficionado también al ejercicio, relata que el estrés por cerrar el negocio durante casi tres meses avivó su ingenio, pero también elevó sus niveles de colesterol y triglicéridos. “Tratamos de hacer mucho eso de dar clases en línea y cosas así, pero no es lo mismo (...), la gente lo que quiere es salir, despejarse”.
Y nuevos rituales se han impuesto, como la toma de temperatura y la imprescindible dosis de gel antibacterial que trabajadoras del gimnasio ofrecen a cada asistente al llegar.