La deforestación de la Amazonía brasileña registró en agosto una caída de 21% respecto a agosto del año pasado, aunque entre enero y agosto la reducción es de apenas 5% en comparación con el mismo periodo de 2019, cuando batió todos los récords.
El área deforestada en agosto fue de mil 358 km2, una marca solo superada en ese mes por los mil 714 km2 de 2019, indicó ayer el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
En los ocho primeros meses del año, la superficie deforestada en la mayor selva tropical del planeta totaliza 6 mil 86 km2, en baja interanual de 5%.
En 2019 y 2020 la deforestación de ocho meses superó la de la totalidad de cada uno de los tres años anteriores.
En 2019, la deforestación llegó a 9 mil 178 km2, un nivel récord, que junto a la proliferación de incendios en la región le valió una ola de críticas al presidente Jair Bolsonaro, partidario de abrir la floresta a actividades mineras y agropecuarias.
Desde la llegada de Bolsonaro al poder en 2019, “la devastación pasó a otro nivel. Antes de Bolsonaro, las alertas mensuales [de deforestación] entre mayo y septiembre, la temporada seca, eran en promedio de unos 600 km2. Estos últimos años, se duplicaron”, afirmó Marcio Astrini, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima, una oenegé.
El INPE reportó 13 mil 810 focos de fuego entre el 1 y el 10 de septiembre, un balance que ya representa más de dos tercios de los de todo septiembre de 2019.
Desde enero, se reportaron 57 mil 823 incendios, un 6% más que en el mismo periodo del año pasado.
Un incremento tanto más preocupante que las humaredas provocan enfermedades respiratorias susceptibles de agravarse con la pandemia de coronavirus, que ya dejó casi 130 mil muertos en Brasil.
En el Pantanal, el mayor humedal tropical del mundo, al sur de la Amazonía, los incendios tuvieron un incremento de 220% entre enero y agosto. Tomando en cuenta los datos hasta el 10 de septiembre (12 mil 703 focos), ya superaron los de todo 2005, que era hasta ahora el año récord en esa región.