En plena pandemia de Covid-19, el premio Nobel de Medicina fue atribuido ayer a los estadounidenses Harvey Alter y Charles Rice y al británico Michael Houghton por el descubrimiento del virus responsable de la hepatitis C.
Los tres virólogos fueron galardonados por “su decisiva contribución a la lucha contra esta hepatitis, un importante problema de salud mundial, que causa cirrosis y cáncer de hígado”, explicó el jurado del Nobel, en plena carrera mundial para hallar los secretos de otra pandemia viral, la de la Covid-19.
A finales de los años 1970, Harvey Alter, que hoy tiene 85 años, identificó que durante las transfusiones tenía lugar un contagio hepático misterioso, que no estaba ligado ni a la hepatitis A ni a la hepatitis B, señaló el jurado.
Ganadores, año 2019
El año pasado, el Nobel de Medicina recompensó a los estadounidenses Willial Kaelin y Gregg Semenza, así como al británico Peter Ratcliffe, por sus investigaciones sobre la adaptación de las células al aporte variable de oxígeno, lo que permite luchar contra la anemia y el cáncer.
Años más tarde, en 1989, se le atribuyó a Michael Houghton y su equipo el descubrimiento de la secuencia genética del virus. En cuanto a Charles Rice, de 68 años, “aportó la prueba final de que el virus de la hepatitis C podría causar por sí solo la enfermedad”, precisó Patrick Ernfors, el presidente del comité que elige a los premiados.
Rice analizó igualmente durante años la manera en la que el virus se replicaba, en investigaciones que condujeron al surgimiento de un nuevo tratamiento revolucionario a principios de los años 2010, el sofosbuvir.
“Creo que es bastante fácil vincularlo con la situación actual”, subrayó Ernfors. “Lo primero que hay que hacer es identificar el virus implicado, y una vez hecho, es el punto de partida para el desarrollo de tratamientos de la enfermedad, así como vacunas. Por lo que el descubrimiento viral es un momento crítico”, agregó Ernfors.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima en unos 70 millones el número de infecciones por la hepatitis C, que causa 400 mil muertes al año, incluso si en los últimos años se han desarrollado tratamientos eficaces, aunque muy costosos.
“¡Es el mejor despertador que he tenido!”, celebró el galardonado Harvey Alter, que contó que le despertaron las llamadas de la Fundación Nobel.
“Es algo que piensas que nunca va a suceder [...] y finalmente sucede”, declaró a la Fundación Harvey Alter, que con 85 años se convierte en uno de los premiados más longevos del Nobel de Medicina. El récord se sitúa en los 87 años.
El premio es el primero directamente relacionado a un virus desde 2008. En 1976, el Nobel fue para las investigaciones sobre la hepatitis B.
Con este, son ya 222 los laureados con el premio de “fisiología o de medicina” desde su creación, entre los que figuran únicamente 12 mujeres.
Desde el hallazgo hace más de medio siglo de dos tipos de linfocitos, B y T, esenciales en la comprensión de nuestro sistema inmunitario, hasta el avance de las “tijeras moleculares” en genética en los años 2010, pasando por investigaciones del cáncer de mama, varios grandes descubrimientos médicos –y sus autores– fueron citados por los expertos como potenciales galardonados con el Nobel este año.
Otros científicos fueron mencionados por sus trabajos sobre la hepatitis C, el alemán Ralf Bartenschlager por la investigación fundamental, y el estadounidense Michael Sofia por el desarrollo del sofosbuvir, que el laboratorio Gilead vende ahora a precio de oro con el nombre de Sovaldi.
Los Nobel de 2020 se anunciarán como estaba previsto esta semana, pero el coronavirus ha provocado la anulación de la ceremonia presencial de entrega el 10 de diciembre en Estocolmo, por primera vez desde 1944.
Los laureados, que comparten cerca de un millón de euros (1.17 millones de dólares), recibirán sus galardones en sus países de residencia.
Esta edición 2020 de los Premios Nobel, que continúa hoy con el de Física y el miércoles con el de Química, está cargada de incertidumbre.