El príncipe Enrique transmitió el saludo de “nuestro pequeño bulto” a los trabajadores forestales neozelandeses ayer durante una gira, junto a su mujer, por una reserva natural en la isla del sur.
La llegada de la pareja real británica al parque nacional Abel Tasman estuvo ambientada con el sonido de una caracola y el tradicional saludo maorí.
En medio de una fuerte lluvia, Enrique dijo a la multitud que se sentía agradecido de que el tiempo fuera lo suficientemente bueno como para poder viajar desde la capital, Wellington, en un helicóptero NH90 de la fuerza aérea neozelandesa.
“La previsión meteorológica era mucho peor que esto, así que estamos muy, muy contentos de haberlo hecho”, dijo.
“La lluvia es una bendición para todos nosotros... para mi esposa, para mí y para nuestro pequeño bulto, nos sentimos muy agradecidos de poder estar aquí”, dijo el duque de Sussex.