Diego Rivera plasmó en él su pasión por María Félix. Un óleo de la diva mexicana semidesnuda que desapareció tras la muerte de su último dueño, el cantautor Juan Gabriel, hace cuatro años.
Consagrado como uno de los grandes de la pintura mexicana, Rivera no pudo sin embargo robarse el corazón de La Doña, quien posó para esta obra en 1949.
El muralista la retrató con un sensual vestido blanco, cuyos efectos de transparencia apenas disimulaban la desnudez. A la actriz (1914-2002) no le gustó porque mostraba “demasiada piel”. “Me pintó como él quería, desnuda”, relató Félix en una entrevista en 1994.
A su cuarto y último esposo, el francés Alex Berger, tampoco le agradaba el cuadro, por lo que, después de mandarlo a “retocar” con un albañil, Félix se lo regaló a Juan Gabriel.
Meses antes de morir, en 2016. Juan Gabriel le dio a guardar la pieza –valorada en $7 millones– a su amigo César Duarte, preso en Estados Unidos desde julio pasado, acusado de desviar $52 millones de fondos públicos cuando fue gobernador de Chihuahua (2010-2016).
“La última noticia que tuvimos, porque así me lo confirmó don Alberto (Juan Gabriel), fue que el exgobernador tenía el cuadro”, dijo Guillermo Pous, albacea del cantante, quien asegura que el político le confirmó que tenía el lienzo, pero tras huir del país perdió contacto con él y tuvo que apelar a la ayuda de un tercero. Esa persona condicionó la devolución, pero no detalló cómo.
Pous evalúa denunciar el caso penalmente e ignora si la pieza sigue en México.