El 24 de abril es fecha crucial: en elección popular, disputarán la Presidencia de Francia Macron y Le Pen. El gobernante, desde hace un lustro, es expresión de la centroderecha y su rival ultraderecha.
Más allá de las etiquetas, Macron es garante del sistema imperante y Le Pen es representación antisistema.
Macron es la causa de la gran crispación social de sectores urbanos y rurales, que han visto mermados sus beneficios de la denominada sociedad de bienestar, y el efecto es el paso firme de la ideología ultra en la puerta del Eliseo. Ella ha conquistado muchos cerebros en Francia, expresa Nicolás Rey, antropólogo francés y profesor de la Universidad de Guadalajara.
Se está fraguando el liderazgo entre el extremismo utópico (Macron) versus el extremismo nacionalista (Le Pen).
En los sondeos posteriores a la primera vuelta electoral (10 de abril), aventaja Macron, un alivio para los líderes europeos, a quienes, en su amplia mayoría, no les agradaría una victoria de Le Pen, declarada admiradora de Putin, si bien ha condenado la invasión rusa a Ucrania.
Le Pen promete mejorar la calidad de vida de sus compatriotas, con planes en contravía de aquellos llevados a cabo por Macron. En el centro está la reforma del sistema de pensiones. Macron propuso una jubilación a los 65 años, aunque la pandemia lo congeló. Le Pen asegura que bajaría esa edad de 62 a 60 años, como se reclama desde las izquierdas.
Antisistema la candidata: mutis de la OTAN, en el centro de la guerra presente en Ucrania; establecerá alianza de seguridad Europa-Rusia y le bajará el perfil a la UE, con una entidad tipo OEA, grupo de naciones.
Hay rupturas e incertidumbre en Francia. Los partidos tradicionales, que han gobernado en las últimas décadas, el Partido de los Republicanos y el Partido Socialista quedaron enterrados en los comicios de abril. Emergió Francia Insumisa, de Jean-Luc Mélenchon, de izquierdas, quien rondó el puesto de Le Pen y favorece a Macron. Falta ver si sus electores, más del 20%, le atienden.
¿Esa cólera contra el poder hasta dónde puede llegar?
Hasta Le Pen. Es una posibilidad. En la hipótesis que ella no consiga los votos suficientes, está acreditando a niveles insospechados su ideología extrema, sostiene Rey.
Ella ya no es el cuco que significó en 2017 (Macron era entonces la novedad y le ganó 66% a 33%). Hoy los índices serán cerrados. No debe ser sorpresa si consigue el poder presidencial.
Le Pen es carismática, hoy hasta respalda el movimiento de los homosexuales y se ha preparado en su meta, aunque faltan “hechos” en su plan de gobierno, analiza.
La mitad de los franceses no la considera un peligro para la democracia.
El líder del sistema debe triunfar. Edilia Camargo es filósofa, maratonista con medallas mundiales. Se doctoró y vivió en Francia. No le cabe dudas de que Macron superará a la candidata. Tiene la experiencia en el poder y es buen actor. Su profesora de secundaria Brigitte es su esposa e instructora de teatro.
“Macron conoce perfectamente a Le Pen. En el debate le preguntará: ‘¿Cuál es tu propuesta concreta? ¿Dónde están las evidencias?’. Será palabra contra palabra; programa contra programa; argumento contra argumento”. Y ella no sabe argumentar. “Es como la serpiente, solo sabe moverse y removerse”, remata.
El autor es periodista y filólogo
