Una tarde, durante los primeros días de la pandemia por Covid-19 en Panamá, un adolescente aburrido, con una resortera y una bola de arcilla, disparó hacia un árbol de Cecropia y accidentalmente le abrió al tronco agujeros de entrada y salida. Estos árboles son famosos por cooperar con las feroces hormigas aztecas; los árboles brindan refugio y alimento a las hormigas y, a cambio, las hormigas defienden sus hojas de los herbívoros. La mañana siguiente, para su sorpresa, las hormigas Azteca alfari que vivían dentro del tronco de la Cecropia habían curado la herida.
Este suceso inesperado llevó a cinco curiosos estudiantes de secundaria con tiempo en sus manos, a participar en el programa de voluntariado del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), y a solicitar la ayuda del científico de STRI William T. Wcislo para diseñar su experimento. A pesar de las restricciones de movimiento durante la primera ola de la pandemia, deambularon por su vecindario perforando agujeros en los árboles de Cecropia y documentando las respuestas de las hormigas a los daños.
Descubrieron que tan pronto como se perforaban agujeros en las plantas, las hormigas corrían hacia el área de la herida y comenzaban a remendarla. En 2.5 horas, el tamaño del agujero se había reducido significativamente y, a menudo, estaba completamente reparado en 24 horas.
Aunque se sabe que algunas hormigas Azteca defienden sus plantas hospederas de Cecropia contra los herbívoros, estos nuevos resultados, publicados en el Journal of Hymenoptera Research, revelan que las hormigas no solo se comportan de manera que minimizan el daño en sus hospederas, sino que cuando el daño ocurre, trabajan activamente para solucionarlo, especialmente cuando sus crías se ven amenazadas directamente.
“Me sorprendieron totalmente los resultados”, comentó William Wcislo. “Y me impresionó cómo desarrollaron una forma sencilla de probar la idea de que las hormigas reparan los daños en su hogar”.
Los perezosos y los hormigueros pigmeos a menudo visitan los árboles de Cecropia y a veces, sus uñas afiladas perforan la madera. Los investigadores especulan que estos sucesos, que son amenazas mucho más comunes y antiguas para la Cecropia que adolescentes que les disparan bolas de arcilla, podrían haber llevado a las hormigas Azteca alfari a desarrollar el comportamiento de reparación observado cuando su planta hospedera sufre algún daño.
Su experimento también los dejó con nuevas interrogantes, ya que no todas las colonias de hormigas repararon el daño a sus plantas huésped. Comprender qué factores influyen en que las hormigas tomen medidas podría ser tema de investigación futura para estos científicos incipientes, aunque quizá para abordarla después de graduarse de la escuela secundaria.
“A veces, jugar con una resortera puede tener un buen resultado”, comentó el autor principal Alex Wcislo. “Este proyecto nos permitió experimentar de primera mano todas las complejidades detrás de un estudio científico. En general, fue una gran experiencia de aprendizaje, especialmente considerando las dificultades asociadas con realizarlo debido al Covid-19”.
(Puede leer más información en www.stri.si.edu o siguiendo las redes sociales del STRI: Twitter @stri_panama, Instagram @smithsonianpanama, Facebook SmithsonianPanama y YouTube TheSmithsonianPanama)