Vincent Loka tenía 24 años cuando decidió fundar junto con sus tres compañeros universitarios David Pong, Lim Chong Tee y Pooi Ching la start-up Wateroam, cuya misión es proveer un sistema de filtrado de agua para evitar que en el mundo haya sed y se garantice el acceso libre y gratuito al agua potable.
Loka, quien es originario del pueblo indonesio de Medan, aspira junto a sus socios a ayudar a 30 millones de personas que viven en el continente asiático y no cuentan con un servicio eficiente de agua potable en sus comunidades.
Actualmente su proyecto, que inició su andadura en el año 2014, beneficia a alrededor de 70 mil personas de 23 países asiáticos, especialmente en aquellas zonas remotas donde han pasado diversas catástrofes naturales.
“La filosofía de Wateroam se enmarca en lograr un mundo sin sed. Además, somos conscientes de que el problema de la escasez de agua potable no solo se limita a Asia sino a otros países y continentes del mundo, como lo sería el caso de África y América”, explicó durante una conferencia esta semana en Panamá.
Loka también manifestó que varias de las causas que favorecen la escasez de agua son los eventos relacionados con el cambio climático que resultan en efectos contraproducentes para la población más pobre.
Este joven emprendedor dice que el principal ingrediente para movilizar una start-up es la pasión. “Por más difíciles que sean los retos, la pasión y la perseverancia son imprescindibles para lograr los retos que se pongan en el camino”.
Loka, ahora de 26 años, ha ganado diversos reconocimientos por su labor como el Joven Líder de Naciones Unidas para los Objetivos del Desarrollo Sostenible.