¿Los niños son grandes vectores de la Covid-19? La ciencia todavía no aportó una respuesta categórica a esta pregunta clave a la hora de decidir el cierre o apertura de escuelas durante la pandemia.
Al principio de la crisis, los expertos temían que los niños fueran grandes transmisores del virus SARS-CoV-2 por analogía con otras enfermedades virales, como la gripe. Pero los primeros estudios sugirieron precisamente lo contrario.
Ahora, “si se analizan los datos de la literatura (científica) no parece tan claro”, dijo a la AFP la epidemióloga Dominique Costagliola.
Muchos estudios que concluyeron que los niños contagian poco se realizaron en “periodos de confinamiento” y por tanto con una circulación baja del virus, lo que pudo falsear los resultados, opinó su colega Zoë Hyde, en un artículo publicado en octubre en la revista Medical Journal of Australia.
Recientemente, trabajos realizados en Estados Unidos, India y Corea del Sur desestimaron la idea de que los niños son poco contagiosos.
El último, publicado el 30 de octubre por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, defendió que las infecciones en el hogar son “frecuentes, ya sea a través de los niños o de los adultos”.
“Cuando presentan síntomas, los niños excretan la misma cantidad de virus que los adultos y son tan contagiosos como estos”.
Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades.
Mientras, un conjunto de estudios británicos publicados el martes pasado aportaron otras precisiones. Basándose en datos de 9 millones de adultos, investigadores de la London School of Hygiene and Tropical Medicine y de la Universidad de Oxford estimaron que el “hecho de vivir con niños de 0 a 11 años no está asociado a un mayor riesgo de infectarse con el SARS-CoV-2”. Esa posibilidad aumenta ligeramente si se convive con un niño de entre 12 y 18 años.
¿Cómo salir de dudas con semejantes conclusiones contradictorias?
Los niños “pueden trasmitir (la Covid-19), pero parece que esto sucede menos a menudo que la transmisión entre adultos', resumió la especialista de la OMS Maria Van Kerkhove.
Esta epidemióloga subraya que hay que diferenciar los “niños pequeños” de los “adolescentes, que parecen transmitirlo al mismo nivel que los adultos”.
“Cuando presentan síntomas, los niños excretan la misma cantidad de virus que los adultos y son tan contagiosos como estos. No sabemos hasta qué punto los niños asintomáticos pueden infectar a otras personas”, afirmó el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades en un informe publicado en agosto.
La ausencia de síntomas es habitual entre los niños infectados con la Covid-19. Y la única certidumbre es que enferman menos gravemente que los adultos. Determinar su contagiosidad sería, no obstante, esencial a la hora de decidir dejar abiertas o bien cerrar las escuelas.
“Todo el mundo es consciente de la importancia del colegio para los niños. No solo en términos de educación, sino también de bienestar, salud mental y seguridad, sin contar que para algunos es el único lugar donde pueden comer”, recordó Van Kerkhove.
En Europa, países como Francia, España y Austria, dejaron las escuelas abiertas pese a la segunda ola y el nuevo confinamiento. “El riesgo en las escuelas no es nulo”, pero el porcentaje de transmisión es “bajo comparado con el resto de la comunidad”, dijo Daniel Lévy-Bruhl, de la agencia sanitaria francesa Santé Publique France.
“El número de escuelas abiertas en el mundo es extremadamente elevado. En la mayoría de ellas, no sucede nada”, afirmó, y subrayó, empero, que las excepciones tiene mucho eco mediático.
Además, los expertos subrayan que el riesgo en las escuelas depende de la situación local: “Es muy importante comprender que las escuelas no funcionan de forma aislada y que forman parte de una comunidad”, dijo Van Kerkhove.