¿Por qué pacientes jóvenes y sin patologías previas se hallan en cuidados intensivos a causa de la Covid-19? Frente a uno de los misterios del nuevo coronavirus, los científicos siguen la pista de la predisposición genética.
La gran mayoría de enfermos graves de la Covid-19 son personas mayores que ya sufrían patologías diversas.
Pero el genetista Jean-Laurent Casanova estudia el 4% o 5% restante, esto es los “menores de 50 años que se hallaban en buen estado de salud” y son víctimas de formas graves del coronavirus.
Por ejemplo, “alguien que podía correr un maratón en octubre de 2019 y que en abril de 2020 se halla en cuidados intensivos, intubado y con un respirador mecánico”, afirma Casanova.
“La hipótesis es que estos enfermos tienen variaciones genéticas que permanecen silenciosas hasta que se encuentran con el virus”, prosigue este codirector del Laboratorio de genética humana de enfermedades infecciosas, basado en el Instituto Imagine de París y en la universidad Rockefeller de Nueva York.
Por ello, el consorcio “Covid Human Genetic Effort” empezó a reclutar a pacientes principalmente de China, Irán, Japón, Europa y América del Norte.
A estos pacientes se les toma una muestra de sangre, se analizan sus secuencias de ADN y se seleccionan “variaciones genéticas candidatas, para incriminarlas o exculparlas”, indica Casanova.
“Años atrás”, la existencia de enfermos graves de la Covid-19 sin motivo aparente “se habría achacado al azar, pero no es solo una cuestión de suerte”, explica Jacques Fellay, investigador del Hospital Universitario Vaudois y de la Escuela Politécnica Federal de Lausana.
“Hoy día, tenemos la capacidad de disecar el genoma de estas personas y ver si tienen o no una mutación rara que podría volverles especialmente susceptibles al SARS-CoV-2”, explica este experto en genómica y enfermedades infecciosas.
La ciencia identificó en estos últimos años las variaciones genéticas responsables de predisposiciones a varias enfermedades infecciosas, desde la tuberculosis hasta formas graves de gripe, pasando por encefalitis virales.
Pero la clave para la Covid-19 no está forzosamente relacionada con una mutación genética única, según los expertos. “Nuestras defensas inmunitarias funcionan un poco como el mecanismo de un reloj”, cuyos elementos deben funcionar juntos, subraya Fellay.
“Puede que haya granos de arena en varios lugares del engranaje y cada uno de estos granos puede ser diferente en un mismo grupo de pacientes, pero el resultado puede ser el mismo”, es decir, una forma grave de la Covid-19, según este médico suizo.
Por ello “debemos contar con una muestra muy amplia y una colaboración” entre investigadores de todo el mundo, dice Mark Daly, director del Instituto de Medicina Molecular de Helsinki.
Así, la iniciativa “Covid-19 Host Genetic” persigue reclutar a al menos 10 mil pacientes y compartir los resultados entre unos 150 centros de investigación, con la esperanza de lograr “informaciones útiles”.
Si este trabajo diera sus frutos, podría conducir a pistas terapéuticas.
“Si encontramos indicios que nos orientan hacia un gen para el que ya existe un medicamento, entonces podríamos simplemente reconvertir” el fármaco, según Daly.