Cada día Hamako Mori, una japonesa de 90 años, repite el ritual: estira los dedos antes de agarrar los mandos de la consola, para no perder la destreza cuando empiece la partida.
Después de 40 años de pantalla y de haber jugado más de 200 juegos, Mori fue designada la streamer (persona que juega a un videojuego, lo comenta y difunde) más anciana del mundo por el Libro Guinness de los récords.
La jubilada, que vive con su familia en Chiba, Tokio, juega como mínimo tres horas al día. Cuando la partida es interesante lo hace hasta la madrugada. “Soy una apasionada de los juegos”, reconoce con una expresión afable y distinguida. Alivia su estrés -dice- matando monstruos en la pantalla.
En 1981 esta ama de casa descubrió los videojuegos, cuando compró una consola Epoch Cassette Vision, después de ver lo mucho que disfrutaban los niños jugando. Desde entonces no ha parado. Ha probado de todo: Super Mario Bros. Call of Duty, Dragon Quest, Final Fantasy o Resident Evil, por mencionar algunos.
Fue saltando de una generación de consolas a otra, como la Nintendo 64 o ahora la PlayStation 4 de Sony, que su familia le regaló cuando cumplió 90 años.
Entre sus favoritos destacan la serie de los Grand Theft Auto o el juego de rol Elder Scrolls V: Skyrim, en el que aprecia “poder hacer lo que quieras, libremente”.
Aunque no es fan de los juegos en red, comparte sus partidas con otros gamers (jugadores) a través de su canal de YouTube “Gamer Grandma” (abuela gamer), que alimenta con tres o cuatro nuevos videos mensuales. El canal cuenta con más de 300 mil suscriptores. Los videos logran regularmente varios millones de visitas.
Pero los videojuegos nuevos requieren una cierta agilidad de las manos que a su edad falla. Igual invita a otras personas mayores a imitarla: “No es necesariamente por el videojuego en sí, es bueno tener una actividad”.