En cada mitin, Elizabeth Warren, la precandidata demócrata a la presidencia estadounidense espera las primeras notas de piano de la canción 9 to 5 de Dolly Parton para saltar sobre una plataforma y saludar.
La canción que la acompaña en este ritual describe la vida cotidiana de los trabajadores estadounidenses: “Trabajando de 9:00 a.m. a 5:00 p.m, qué manera de ganarse la vida/ Apenas nos las arreglamos, damos todo y no recibimos nada”. Y su selección no es una coincidencia.
Esta senadora de izquierda de 70 años compite con otros 14 contendientes para las primarias demócratas con listas de reproducción de música, mítines y coreografías de partidarios, cortejando a los votantes en 50 estados para determinar quién enfrentará a Donald Trump en 2020.
“La música utilizada por los candidatos se elige con mucho cuidado, para atraer a un público determinado o para construir la imagen de un candidato que resuena en el electorado”, dijo el analista Jacob Neiheisel, experto política de la Universidad de Búfalo. Para los candidatos, usar música en la campaña les ayuda para crear un momento memorable en su público.