Misteriosa, reservada, cauta. Una mujer que no duerme con su marido y habla a través de su ropa. La primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, está decidida a ser ella misma y no necesita que nadie la salve, asegura una biografía no autorizada. Así la presenta Kate Bennett, la corresponsal de la CNN en la Casa Blanca que cubre a la esposa del presidente Donald Trump, en su libro Free, Melania (Melania, libre), que salió ayer a la venta en Estados Unidos.
La exmodelo nacida en Eslovania “ha luchado contra el estereotipo de que es distante, huraña, incluso de que está ‘atrapada’ en la Casa Blanca, como lo sugirió la etiqueta #FreeMelania, que generó memes” en las redes sociales, dice Bennett.
“Cálida a veces, otras con cara de piedra”, la espigada mujer de 49 años sigue generando interrogantes tres años después del triunfo electoral de su marido, un magnate inmobiliario con quien se casó en 2005.
Pero Bennett advierte que está lejos de ser la dócil tercera esposa de un multimillonario extremadamente mediático acusado de ser un mujeriego en serie, hoy inquilino de la Casa Blanca.
“Melania Trump es mucho más poderosa e influyente con su esposo de lo que piensan”, dice esta periodista.
El libro, que cita numerosas fuentes pero no incluye declaraciones de la propia Melania Trump, confirma los reportes de que fue ella quien propició el despido de una alta funcionaria de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mira Ricardel, después de sentirse menospreciada durante un viaje a África en octubre de 2018.
“Melania Trump, según una fuente familiar, pesa a menudo sobre las decisiones de su esposo, tanto en lo político como en la forma en que maneja a su personal”, escribe Bennett.
La autora también se refiere a Ivanka Trump, la hija mayor del presidente, a quien muchas veces la primera dama percibe como una usurpadora de su papel.

