No es casualidad que la voz curvy comience a ser tan potente como su imagen. En el mundo, la obesidad ha ganado terreno desde la década de 1980. Se ha multiplicado, y por ende, ha traído la natural expansión del cuerpo humano tanto en el hombre como en la mujer.
Al fenómeno del ensanchamiento corporal se le ha denominado en la Organización Mundial de la Salud como epidemia. En Panamá, la prevalencia de la obesidad se sitúa en 30% de la población.
Si bien la etiqueta curvy se acuñó en el mundo de la moda para las mujeres cuyo cuerpo suele ser más contorneado y corpulento en comparación con la tradicional silueta 90-60-90, también atrajo el interés económico.
Se toma como punto de partida para las curvy quienes entran en la talla 6 en adelante, y desde la talla 16 se les denomina plus size, aunque los parámetros varían según el manejo de cada marca y cada colección, indican los expertos.
En el afán de cumplir con la demanda, las marcas de ropa vieron un emergente nicho que satisfacer y resultó bastante prometedor para las ganancias.
José Carlos Alvarado, docente de diseño de modas en la Universidad de Panamá, afirma que “siempre han existido personas con cuerpos más voluptuosos, pero ahora se hace hincapié en ello como consecuencia del marketing”. En cuanto a lo académico, cada alumno sale capacitado para hacer ropa adaptable a cualquier tipo de cuerpo, agrega.
Sin embargo, la fijación de las altas casas de moda en hacer líneas exclusivas con tallas grandes, también llamadas plus size o curvy, no es más que una respuesta a las necesidades del mercado y no significa necesariamente una solidaridad con los de cuerpos más abarcadores.
El auge por la inclinación hacia esta tendencia ha generado una polémica, puesto que se suele ver a las defensoras de esta postura como promotoras del descuido de la alimentación.
Guadalupe Pérez, médica interna y endocrinóloga, ve con peligro que se tome a la ligera este término. “La obesidad no es solo un asunto de estética; es una enfermedad. Si una persona no acepta la enfermedad -en este caso la obesidad- jamás va a poner de su parte, porque cree que la sociedad le está aceptando”, sostiene la especialista.
Recuerda que las obesidad deriva en otras complicaciones como la diabetes, la hipertensión y el colesterol alto, que se pueden prevenir con tomar medidas a tiempo. Sostiene que los de su gremio no están estigmatizando a ninguna persona, sino sugiriendo un cambio oportuno en los hábitos de alimentación.
A simple vista no se puede determinar si un individuo está sano o no. En el caso de la obesidad, se mide en relación al índice de masa corporal (IMC). En el rango de 18.5 a 24.9 es considerado normal, de 25 a 29.9 se le considera sobrepeso, y al pasar los 30 es obsesidad, indica Pérez.
NUEVAS OPORTUNIDADES
Tania Hyman, modelo y entrenadora de aspirantes a la caminata elegante por la pasarela, abrió una sección dedicada a las mujeres con curvas. El curso no se limita a la correcta postura, sino también a la vestimenta adecuada para resaltar los atributos sin caer en el mal gusto.
“En nuestro curso no solamente les impartimos técnicas de modelaje a nuestras alumnas; igualmente reciben talleres de autoestima, look e imagen, maquillaje y nutrición”, describe Hyman, a quien le parece fabuloso el empoderamiento curvy.
Reconoce que el término muchas veces se distorsiona, por lo que la misión de su academia es “inculcarles que ser curvy no es una moda, y es muy importante amarse como una es, pero aún más cuidar la salud, y sobre todo, que las alumnas conozcan sus fortalezas y sus debilidades para mejorar su proyección”.
Hyman todavía ve con rezago que las mujeres con curvas busquen ayuda profesional en cuanto al manejo de su imagen. “Por lo general no buscan asesoría”, compara la instructora de pasarela, pero confía en que en el futuro esto irá cambiando.
LA ACEPTACIÓN DEL CUERPO
Con el boom de las mujeres curvilíneas también surgió el movimiento alterno llamado body positive, que tiende a poner importancia en la autoestima de las chicas cuyos cuerpos son más voluptuosos, en vez de centrarse solo en obtener una figura esbelta ante los cánones tradicionales de la belleza.
En Panamá hay quienes impulsan el orgullo por el cuerpo de grandes proporciones. Una de sus voceras, es la bloguera de Entre Libras, Piky Zubieta, quien recientemente organizó la primera pasarela de trajes de novia con tallas plus size.
Una de las modelos que se promocionan con la etiqueta de curvy es Diana Hernández, quien desfiló en la pasarela para novias, y dice que con esta acción su grupo está “tratando de crear conciencia sobre la diversidad de los cuerpos” e incentivar a las chicas a “sentirse cómodas en su propia piel”, independientemente de su contextura.