Mark Zuckerberg enfrenta críticas del Congreso por no lograr proteger la información personal de los usuarios de Facebook y por su incapacidad para impedir que Rusia use la red social para influir en las elecciones presidenciales de 2016.
Si bien los problemas de privacidad del sitio son recientes, los usuarios han sabido de otros de sus defectos por años. Que Facebook nos puede hacer sentir miserables es una noticia vieja: tantos estudios han concluido que afecta negativamente a nuestro bienestar, que el año pasado la compañía realizó su propio estudio y en general coincidió.
“Me impresionó la consistencia con la que la literatura científica ha descubierto vínculos negativos”, dijo Ethan Kross, director del Laboratorio de Emoción y Autocontrol de la Universidad de Michigan, cuyo ampliamente citado estudio de 2013 concluyó que el uso de Facebook predice un declive en el bienestar del usuario.
Entonces, ¿por qué todos seguimos usando el servicio, realmente? ¿Qué dicen los expertos que estudian nuestra conducta sobre Facebook?
Porque Facebook nos permite ser versiones mejoradas de nosotros mismos. En su libro Reclaiming Conversation: The Powerof Talk in a Digital Age, Sherry Turkle del MIT observa que solemos usar Facebook para “reflejar la persona que queremos ser”.
Algunos investigadores teorizan que podemos beneficiarnos de interactuar con esta personalidad mejorada, más brillante.
Cuando la gente pasa cinco minutos viendo su propio perfil de Facebook, aumentan sus sentimientos de valoración propia. El reflejo prístino de Facebook que muestra nuestro pasado nos puede recordar lo que es bueno en nuestras vidas. Pero elaborar la versión “mejor” de nosotros también puede ser duro: Facebook alienta a lo que el sociólogo David Riesman llamó “la vida dirigida al otro”, en la que una persona mide su propio valor a través de lo que piensan otros.