Para Patrick Ballesteros, la ilustración “es la imagen que un artista crea para mostrarle al público la forma como ve el mundo que lo rodea”. La suya está llena de superhéroes y otros personajes, que lo han llevado a convertirse en referencia y modelo a seguir para otros apasionados del dibujo.

Durante la Comic Con Panamá, a realizarse del 26 al 28 de octubre, compartirá con los asistentes su trabajo, experiencias y su pasión por este arte que lo ha acompañado durante toda su vida.
Sus inicios dentro de la ilustración lo remonta al jardín de niños. “Siempre llevaba una libreta de dibujos conmigo”, recuerda quien siguió cultivando su destreza con el lápiz, pero no fue hasta terminar su carrera universitaria que se planteó practicarlo más allá de un hobby. “Cuando yo iba a la universidad, no había plataformas como Youtube y sus tutoriales, me siento viejo al decirlo, así que tenía que buscar por cuenta propia quién me pudiera guiar. Así fue como encontré profesores y escuelas que me enseñaron mucho de lo que sé hoy en día”.
Su primer trabajo a nivel profesional fue realizando storyboards en la serie animada The King of the Hill (1997 - 2010), y aunque admite que su desempeño fue “horrible”, obtuvo los conocimientos necesarios para encaminar su carrera artística. “Fue el mejor fracaso que me pudo haber pasado”.
Cuestión de estilo
Esto lo llevó a encontrar su propio estilo, algo que según afirma, solo se puede obtener con el tiempo. “Tener un estilo propio es importante porque quieres destacar como artista, pero hay que entender que es algo que se compone de las vivencias, el trabajo artístico que te gusta hacer y las influencias no solo de otros artistas, sino también de amigos, familiares y mentores que te rodean. Si dejas que ocurra naturalmente encontrarás tu verdadera voz”, explica Ballesteros, alertando sobre cómo a veces hay artistas emergentes que se dejan llevar por la popularidad que pueden alcanzar en redes sociales, con un estilo de moda que no es precisamente el que los define.

En su trabajo sobresalen las figuras infantiles, que caricaturizados regresan a la edad donde “todo se siente nuevo, la aventura está ahí afuera y tu imaginación es un campo de juego abierto”.
Esto lo ha llevado a sobresalir dentro de una industria donde la violencia, la sexualidad y la adultez predominan. “Mi arte permite que las personas vuelvan a ser niños, se diviertan, les recuerda sonreír y ser creativos. Ese es mi objetivo”.

Para él, el verdadero éxito de una obra radica en conectar con el público a un nivel emocional. “¿Tu creación puede hacer a alguien sonreír, llorar u ocasionar un debate? Si es así, haces un buen trabajo”.
Actualmente, Ballesteros mezcla su rol como ilustrador para diversas compañías de entretenimiento, con su trabajo de docente.
Lleva cinco años trabajando en la Academia de Diseño de Concepto en Pasadena, California, donde imparte la materia dinámica de bocetos, la cual se enfoca en hacer que el estudiante acepte cualquier reto de dibujo sin dudar de su capacidad. “Durante 10 semanas hago que mis alumnos dibujen de todo, desde plantas e insectos hasta vehículos militares y aviones. Es una clase intensa con una gran carga de trabajo, pero al final de ella sientes que puedes dibujar cualquier cosa”.
No es la primera vez que Ballesteros visita Panamá, pero confiesa que la última vez no tuvo tiempo de recorrer mucho, así que en esta ocasión espera conocer un poco más del istmo, su cultura, sus artistas, y sobre todo, la comida. “Siempre estoy listo para probar una buena comida”.

