A sus 12 años y con un peluche bajo el brazo, Carlos Antonio Santamaría iniciará una licenciatura en física biomédica en la prestigiosa Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Este alumno, el más joven que ha tenido la máxima casa de estudios, sueña con curar al mundo.
“Mi objetivo primario, en la primera investigación que quiero hacer (...) es dejar la base para que médicos y biólogos puedan resolver los problemas biológicos que tenemos”, explicó Carlos ante decenas de cámaras y micrófonos durante una conferencia en la rectoría de la universidad pública.
“Si logramos construir una célula que se mantenga por sí misma, organelo por organelo, podemos resolver cualquier enfermedad. Porque si funciona perfectamente, todo lo que hace una célula normal, significa que sabremos todo lo necesario sobre ella para resolver sus enfermedades”, dijo con una sonrisa que deja ver los dientes de leche que ha perdido.
Este “estudiante de alta capacidad cognitiva”, como lo califica la UNAM, cursará la licenciatura de física biomédica en la Facultad de Ciencias a partir de hoy, siendo el primer alumno niño inscrito en una licenciatura de la universidad.
Carlos asegura que llegará a las aulas con “hambre de aprender”, mientras que su madre, Arcelia Díaz, está pendiente de que “coma su fruta” de lonche.
“Voy a llevar mi peluche a clases”, asegura Carlos a la AFP, refiriéndose a su puma, la mascota del club universitario de fútbol. Aunque este deporte no es su favorito, es hincha del equipo. Le gustan los juegos de construcción Lego y los videojuegos. La convivencia con otros niños le es “un poco más difícil”, pero disfruta relacionarse con sus compañeros de escuela adultos.
“Preferiría empezar a obtener más información posible de los veteranos para empezar a construir este rompecabezas tan grande, que ninguna computadora ha podido resolver” en la física biomédica, comenta este pequeño.
Antes de llegar a la licenciatura, Carlos y sus padres tuvieron que recorrer un viacrucis por escuelas con “ambiente hostil” que no favorecieron los estudios del niño.
Paradógicamente, fue en el Instituto Nacional de Educación para Adultos que logró terminar la primaria y secundaria con tan solo dos exámenes. Más tarde, tras mucho batallar, pudo presentar el examen del Colegio de Bachilleres.