El fin de año es un momento de mucha reflexión.
Es justo esta temporada el momento preciso en que las personas entran en una especie de inventario de lo que tienen, de lo que han hecho o logrado, de lo que ha faltado, de las personas que están y de las que no.
En esta época, el individuo entra en contacto con emociones y sentimientos que de alguna manera lo llevan a conectarse con esas experiencias que pueden haber sido dolorosas, añade Sarah Sasso, psicóloga clínica especialista en terapia individual, familiar y de pareja.
Las fiestas de fin de año siempre generan ansiedad, frustraciones, depresión y otros sentimientos que muchas veces son producto de la presión propia de estos festejos, opina el psicólogo Nefthaly Montenegro Ricardo.
ACEPTACIÓN
¿Cómo enfrentar está situación en la puerta de un nuevo año? Expertos en el tema dan luces al respecto.
Hay que aceptar aquello que haya ocurrido durante el año, apunta Sasso.
Por ejemplo, si se perdió el trabajo o si se ha separado de su pareja, lo ideal es pensar en todos los recursos que le quedan al alcance y disfrutar con ellos; en este caso, pueden ser otros familiares o amigos, que son individuos que de una manera u otra le hayan brindado su apoyo incondicional.
En este sentido, la psicóloga recalca que ese “inventario” para conocer qué es lo que tiene o con quién cuenta, le ayudará a la persona a aceptar que sí vivió una experiencia dolorosa, pero al mismo tiempo verá que esta se puede sobrellevar al compartir con esas otras personas que están a su lado en ese momento.
Habrá una gama de emociones, entre tristeza y, al mismo tiempo, alivio o alegría, ya que hay otros recursos a su alrededor que puede disfrutar para pasar una agradable velada.
“Cuando nos agarramos un poco de lo que ‘sí hay’, eso nos devuelve las fuerzas para sobrepasar estas situaciones dolorosas”, reitera Sasso.
OTROS ESCENARIOS
Si la persona está en el extranjero —por la razón que sea— va a presentar otras emociones que no son de pérdida ni de dolor, sino aquellas que tienen que ver con la añoranza, como extrañar a su familia, así como el contexto social y la cultura de su país, comenta Sasso.
En este caso, se recomienda inventariar o ubicar en su nuevo contexto cosas que le ayuden o que le faciliten el proceso de esos días.
Lo ideal sería tratar de buscar algo que sea atractivo de ese nuevo lugar e incorporarlo en su nueva realidad para recibir con tranquilidad el Año Nuevo.
En este sentido, el psicólogo Montenegro Ricardo reflexiona que estas fechas son de encuentro con uno mismo, de ayuda al prójimo, de replantearse nuevas metas, así como de mejorar las relaciones con los que le rodean, y pasar tiempo de calidad con los seres queridos, en armonía y paz.