El 22 de noviembre de 1963, el entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy (JFK), fue asesinado a plena luz del día mientras hacía una visita electoral a Dallas, en el estado de Texas. Ese magnicidio ha tenido profundas consecuencias políticas y culturales sobre la potencia del norte.
La muerte de JFK dentro del clima de la guerra fría, un complejo militar-industrial actuando a plena capacidad y una colección de acciones torpes, complicidades confusas y secretismo gubernamental, han alimentado una próspera industria “conspiranoica” sobre los responsables y las causas del asesinato.
Uno de los grandes protagonistas de esta narrativa ha sido el director y guionista de cine estadounidense Oliver Stone.
Versión documental
El pasado 12 de julio, Stone estrenó en el Festival de Cannes un documental de dos horas titulado JFK Revisited: Through the Looking Glass (JFK revisitado: a través del espejo), en el que responde a sus críticos y actualiza su búsqueda vital de explicar el asesinato del presidente Kennedy.
En 1991, Stone estrenó el filme JFK, protagonizado por el ganador del Oscar Kevin Costner, en el que expuso “evidencias” de que el asesinato del presidente estadounidense fue una conspiración política para evitar que el joven mandatario demócrata hiciera cambios fundamentales en la política interna y exterior de Estados Unidos.
La película se convirtió en un éxito de taquilla y en una referencia cultural mundial sobre la historia política de Estados Unidos; esto, a pesar de que historiadores académicos consideraron que el filme estaba lleno de insinuaciones infundadas y falsedades.
En JFK Revisited: Through the Looking Glass, Stone presenta un trabajo documental fundamentado en una cantidad impresionante de archivos desclasificados en 2017 por órdenes del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
A pesar de su promesa de desclasificar todo, Trump ordenó mantener en la más estricta reserva 200 documentos relacionados con el magnicidio de Kennedy y las investigaciones subsecuentes.
La conspiración
En el documental, Stone ahonda en las ambigüedades y contradicciones de la evidencia forense de la autopsia practicada al cadáver de Kennedy, la tragicomedia de errores y conflictos de jurisdicción entre autoridades investigativas de diversos niveles, y los vínculos de Lee Harvey Oswald con los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
Según diversas fuentes periodísticas, el documental insiste en que Oswald no fue el asesino de Kennedy.
Para Stone queda claro por qué el poder quería acabar con la vida de JFK. “Respondimos con nuestra evidencia de que se iba a retirar de Vietnam. La distensión con Cuba estaba en marcha. Se había firmado el tratado de prohibición de los ensayos nucleares. Buscaba una distensión con Rusia. Era un anticolonialista”, declaró el cineasta a la Associated Press.
En el pasado, la crítica artística y política ha sido despiadada con Stone. Su cercanía con figuras como Vladimir Putin, Fidel Castro y Hugo Chávez no ayudó a su popularidad en Hollywood.
Aunque la película JFK de 1991 hizo más de 200 millones de dólares en taquilla, su más reciente obra de ficción Snowden, de 2017, casi no tuvo impacto en la taquilla mundial, recaudando apenas 37.3 millones de dólares.
El documental JFK Revisited: Through the Looking Glass ni siquiera ha logrado conseguir su distribución en Estados Unidos (ni en América Latina), debido a los cuestionamientos que las empresas distribuidoras y los gigantes digitales tienen hacia este material de Stone.
Quizás toda la obra de este cineasta de 74 años y veterano de la guerra de Vietnam se pueda resumir en el mismo mensaje que repite en sus conferencias de prensa: “Estados Unidos no puede ser la única potencia del mundo. Creo que Henry Kissinger estaría de acuerdo conmigo. Creo que Maquiavelo estaría de acuerdo conmigo. El equilibrio de poder es la única forma en que este mundo puede estar libre de un solo control, un solo tirano. Ese es el verdadero tirano. Estados Unidos”.
Las razones del cineasta
Según el diario español ‘El Mundo’, la idea de Oliver Stone de producir este nuevo documental surgió en 2013, “cuando con motivo del aniversario de la muerte (de JFK), y con el mismo estupor que aún mantiene intacto, cayó en la cuenta de que los medios repetían con una monotonía cómplice la historia oficial sin atender lo más mínimo a las nuevas revelaciones que salían a la luz con cada nueva desclasificación de documentos (a la espera, eso sí, de la definitiva en 2029)”.