Los ojos del mundo estarán puestos esta semana en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26, que se efectúa desde este 31 de octubre y hasta el 12 de noviembre en Glasgow, Escocia, y cuyo mandato será acelerar las acciones en torno al cumplimiento de los compromisos del Acuerdo de París de 2015, así como de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), adoptada en 1992 y en vigor desde 1994.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) hizo llamados y campañas en los últimos días para alertar que las oportunidades de actuar ante el calentamiento global se acaban y que si no se hace en este momento podría ser demasiado tarde.
En Panamá, la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) expresó que, al igual que otros países en desarrollo, ven la COP26 como un espacio propicio para el establecimiento de nuevas políticas climáticas que redunden en una mejor calidad de vida y promuevan nuevos modelos de economías verdes.
Así mismo, indicó que la delegación de Panamá en la cumbre busca incidir en los siguientes temas: contribuir con políticas que ayuden a limitar el aumento de la temperatura media global en 1.5ºC e iniciar el proceso de negociación de la nueva meta de financiamiento climático, ya que la actual fija la provisión de al menos $100 mil millones a 2020, de países desarrollados a aquellos que en vías de desarrollo.
Esta cifra no ha sido cumplida y la nueva meta, que sumaría unos tres trillones de dólares, deberá priorizar los fondos no reembolsables (donaciones). También se espera que –entre las negociaciones y el establecimiento de evidencias científicas y socioeconómicas– el monto se haga efectivo desde la segunda mitad de esta década.
Otro de los temas es acordar un período común para la implementación de las Contribuciones Nacionales Determinadas (CDN) a partir de 2031, lo que permitiría evaluar el progreso colectivo cada cinco años por medio de un proceso conocido como balance mundial.
“Si no acordamos un plazo común para implementar nuestras acciones nacionales, se hace imposible evaluar el cumplimiento del Acuerdo de París. Panamá apoya la visión de que a 2025 los países tendrán que presentar un compromiso que será efectivo durante la primera mitad de la próxima década y a 2030 deberán presentar un compromiso con acciones para la segunda mitad, y así sucesivamente”, dijo MiAmbiente.
Panamá también busca concluir las negociaciones del libro de reglas básicas del Artículo 6 del Acuerdo de París, sobre los mercados de carbono, con las que los países puedan desarrollar proyectos para la emisión de créditos de carbono para el cumplimiento de los CDN a nivel global, y hacer operativa la red de Santiago, que busca ser un espacio para evaluar el tratamiento de pérdidas y daños producto de la crisis climática.
Las acciones
En cuánto a las acciones realizadas en pro de la mitigación del cambio climático, Panamá presentó en diciembre de 2020 su CDN ante la CMNUCC y aumentó la ambición respecto a la CDN de 2016. “El país pasó de contar con solo 3 compromisos climáticos que abarcaban 2 sectores socioeconómicos, a contar con 29 compromisos en 10 sectores en áreas priorizadas y todos con componentes de adaptación y mitigación al cambio climático”, agregó.
Igualmente, el país entregó el Segundo Informe Bienal de Actualización, en el que presentó los resultados de los inventarios de emisiones de Gases de Efecto Invernadero de Panamá, texto en el que se concluye que el país “carbono negativo”.
Entre los proyectos a futuro, Panamá prevé presentar en 2022 la Cuarta Comunicación Nacional sobre Cambio Climático y, posteriormente, el Primer Informe Bienal de Transparencia Climática en cumplimiento con el Acuerdo de París. Además, estipula el establecimiento de su Estrategia de Desarrollo Económico y Social Bajo en Carbono de largo plazo, con miras a mantener la negatividad de carbono del país en un horizonte temporal a 2050.
“Los negociadores panameños trabajarán fuertemente por lograr la misión más relevante de este evento: asegurar nuestra supervivencia. Para esto, de la COP26 debe salir un mandato para reducir las emisiones en 45% al final de esta década y que todos los países actualicen sus compromisos con base en esta meta, en especial las economías del G20, por ser los mayores emisores”, explicó.
Para establecer las nuevas políticas de adaptación de la sociedad a los embates del cambio climático, el país desarrolló, entre otros instrumentos, el Sistema de Monitoreo y Evaluación de la Adaptación, que define 29 compromisos y en cuya elaboraron participaron 10 sectores: bosques; energía; biodiversidad; sistemas marinos costeros; agricultura, ganadería y acuicultura; salud pública; asentamientos humanos resilientes; infraestructura sostenible; economía circular; y gestión integrada de cuencas hidrográficas.
MiAmbiente también analizó el costo de las medidas de adaptación para el sector agrícola, el de recursos hídricos y el de la energía renovable.
Puntos de vista
Para el Centro de Incidencia Ambiental (Ciam), “en la antesala a la COP26 lo que queda en evidencia es la profunda contradicción que tiene la postura internacional de Panamá en contraste con sus políticas internas”.
“En 2020, Panamá se comprometió internacionalmente a la restauración forestal de 50 mil hectáreas para 2050. Sin embargo, actualmente el gobierno nacional está renegociando un contrato de explotación de minerales metálicos que destruiría más de 13 mil hectáreas, y avanza los preparativos para otra nueva concesión en 10 mil hectáreas de bosques adicionales. Estas concesiones están en el Corredor Biológico Mesoamericano, una importante área para la biodiversidad del país y la región”, indicó.
El Ciam destacó que aunque otro de los compromisos climáticos de Panamá es lograr una reducción de emisiones totales del sector energético en al menos 24% para 2050, la Agenda de Transición Energética “prioriza convertir a Panamá en un hub logístico de hidrocarburos, comenzando con la firma de un memorando de entendimiento en julio de este año con la empresa Energy Transfer, para realizar el estudio de factibilidad sobre la construcción de un oleoducto con terminales que atraviese el istmo del Pacífico al Atlántico y transporte gas licuado de petróleo a mercados internacionales. Es decir, en lugar de priorizar acciones que sustituyan gradualmente la dependencia en ese sector, se apuesta por aumentarla”.
A juicio de Serena Vamvas, del movimiento MiMar, la participación de Panamá en la COP26 “será una cortina de humo de lo que está pasando en el país a nivel ambiental”, refiriéndose al impulso que le está dando el Ejecutivo a la minería, actividad que, advirtió, afecta directamente “en la contaminación de los recursos hídricos y, sobre todo, en la seguridad alimentaria”.
Ricardo Wong, presidente de la Fundación para la Protección del Mar, dijo que está a la expectativa de lo que vaya a pasar en la COP26 porque, sin duda, es importante que el mundo se ponga de acuerdo para reducir las emisiones de carbono, un contexto en el pidió a la población estar más consciente sobre el cuidado del medio ambiente.
“Parte del problema de las emisiones es que no se ven y, por ende, se tiene la sensación de que lo que haces no contribuye a eso, pero sí contribuye”, dijo.
En tanto, Ariel Rodríguez, director general de la oenegé Proyecto Primates Panamá, cuestionó y calificó de “ilegal” la reciente emisión de un decreto por parte de MiAmbiente que permite un procedimiento para otorgar certificados de uso de suelo en áreas protegidas a quiénes demuestren que viven o se establecieron antes de la creación de dicha área, ya que no fue sometido a consulta ciudadana.
“Panamá puede hacer una contribución grande al planeta dejando crecer los bosques, así como la protección de los manglares y de los bosques de tierra firme que existen, así como el establecimiento de una política de ahorro de combustibles fósiles”, agregó.
Hizo un llamado a MiAmbiente para que se trabaje en conjunto en pro del ambiente, además de que haya mayor transparencia de la información en la página web de la institución, y abogó por la descentralización de los municipios para que estos puedan crear las áreas protegidas y así cuiden sus propias riquezas naturales.
(Esta nota fue modificada el 31 de octubre de 2021, a las 11:00 a.m. En el primer párrafo se publicó que la conferencia empezaba el lunes 1 de noviembre. Lo correcto es que la cumbre dio inicio este domingo).