La obesidad se convirtió en uno de los problemas más acuciantes de nuestro tiempo, y es causada por distintos factores, como una alimentación poco balanceada y la falta de actividad física.
En el contexto actual de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, es más importante que nunca mantener hábitos saludables si bien las restricciones de movilidad impuestas en los últimos meses por las autoridades de salud redujeron al mínimo la oportunidad de realizar actividades al aire libre. Más aún, tomando en cuenta que el nuevo coronavirus afecta de una manera particular a todos aquellos que padecen obesidad o tienen enfermedades crónicas, como la diabetes, u otras circunstancias que desmejoran la calidad de vida, entre ellas, altos niveles de colesterol y presión arterial, que afectan seriamente el sistema cardiovascular.
El doctor Víctor Nolasco, gerente médico de la farmacéutica Novo Nordisk para América Latina y el Caribe, reiteró la importancia no solo de la concienciación de los efectos de la obesidad en la población sino de que los especialistas de la salud reconozcan la obesidad como una enfermedad crónica que requiere un tratamiento a largo plazo.
El más reciente estudio sobre obesidad y sobrepeso en Centroamérica y el Caribe, realizado por la Fundación Latinoamericana de Sociedades de Obesidad y presentado en 2018, colocó a Panamá en el cuarto puesto, con 36.5% de la población con sobrepeso y el 25% con obesidad. Para esa fecha, la información disponible indicaba que en el país 1 de cada 10 niños menores de 5 años y 3 de cada 10 niños y adolescentes presentaban exceso de peso, lo cual se duplica en la vida adulta.
Tratamiento adecuado
Las principales recomendaciones para mantener un buen estado de salud comienzan por mantener un estricto control médico con profesionales de la salud que les puedan ayudar a iniciar el mejor tratamiento terapéutico para tratar esta condición.
“Muchas veces, de acuerdo al sobrepeso o a la obesidad que tengamos, las opciones pueden ser variadas, como un cambio del estilo de vida que no necesariamente consiste en limitar la cantidad de comida que consumimos sino que se centre en modificar los hábitos de alimentación y de ejercicios; hasta tratamientos farmocológicos de diferentes opciones que sean prescritos por el médico a quien decidamos consultar”, explicó Nolasco.
El especialista también indicó que en algunos casos, y de ser necesario, se requeriría de una cirugía para tratar el problema.
La obesidad es atendida por un grupo multidisciplinario de especialistas médicos, entre los que se encuentran nutricionistas, psicólogos o un médico deportivo que ayude al paciente a seleccionar esos ejercicios que bien se pueden ajustar a su rutina diaria.
Un cuadro de obesidad se detecta cuando el índice de masa corporal —que se calcula dividiendo los kilogramos de peso entre la estatura en metros al cuadrado— se sitúa en una escala mayor a 30. El nivel normal se sitúa en menos de 25, mientras que arriba de 25 se puede considerar que la persona tiene sobrepeso.
“En cuanto al uso de los medicamentos para tratar la obesidad, estos se pueden usar cuando el índice está arriba de 27 o cuando hay alguna comorbilidad, como una alteración del azúcar en la sangre o de la presión arterial, o cuando el paciente presenta el síndrome de la apnea del sueño o alguna otra comorbilidad metabólica”, precisó. Y añadió que el tratamiento con medicamentos está indicado como tal cuando el índice de masa corporal está en 30.
Una de las ventajas que implica el uso de medicamentos para tratar la obesidad son los resultados rápidos que se obtienen, como menos dolores de espalda y otras dolencias que se pueden atribuir al exceso de peso. Aunque, eso sí, el tratamiento varía en cada paciente.
Sobrepeso a obesidad
La obesidad es una enfermedad crónica que inicia con el sobrepeso, y tiene múltiples causas. Una de ellas puede ser la predisposición genética a tenerla o bien factores presentes en nuestro ambiente, como —en el contexto actual— el hecho de haberse vuelto una personas sedentaria una vez se dictaron las medidas de restricción de movilidad para contener el nuevo coronavirus.
“Por ejemplo, una persona que antes de la pandemia se encontraba en sobrepeso al menos tenía la posibilidad de una u otra forma de hacer algún tipo de actividad física al desplazarse hacia su lugar de trabajo. O a lo mejor iba al gimnasio. Hoy, durante la pandemia, disminuyó su actividad física y el paciente se pudo haber convertido en lo que nosotros llamamos un ambiente sedentario”, dijo Nolasco.
Otro de los factores que dificulta el reconocimiento del problema es la aceptación en la sociedad del sobrepeso como una circunstancia normal.
“Puede ser que las hormonas afecten el peso, o tengo más apetito del que debería tener o no se tiene una satisfacción al terminar de comer, por lo que el paciente termina comiendo más. Para responder estas dudas debemos contactar a un médico especializado para que nos oriente con eso”, comentó.
La solución
Más que pensar en una dieta, lo que se necesita implementar son cambios en el estilo de vida. “Como dije al principio, no hay que pensar en limitar la cantidad de la comida sino más bien escoger porciones saludables, siguiendo en línea con la alimentación intuitiva que busca que seleccionemos los alimentos que verdaderamente necesitamos”, argumentó Nolasco, quien aseguró que la dieta creada por el o la nutricionista debe estar basada en un plan alimenticio que satisfaga al paciente y mejore su salud.