Sin duda, el cine es una herramienta efectiva para que una sociedad se interpele a sí misma y Plaza Catedral cumple a cabalidad con ese cometido.
El film –dirigido por Abner Benaim y protagonizado por Fernando Xavier de Casta (q.e.p.d.) e Ilse Salas– retrata una realidad cruda e incómoda que no se debe dejar de mirar.
Ilse Salas interpreta a Alicia, una mujer afligida por el luto y el sentimiento de culpa después de que su hijo Lucas, de seis años de edad, falleciera como consecuencia de un accidente. Y mientras intenta recomponer el rompecabezas de su vida frente a esta circunstancia adversa, Chief –interpretado por Fernando Xavier de Casta– se cruza en su camino cuando funge como el “biencuidao” que protege su vehículo.
Al principio, la relación entre ambos es tensa, pero después, cuando Alicia salva la vida de Chief al encontrarlo desangrándose en las escaleras de su edificio a causa de un impacto de bala y lo lleva al hospital, comienza una dinámica simpática, en la que los dos personajes se conocen el uno al otro, crean un vínculo emocional y, con este, protagonizan momentos que pueden sacar la más grande carcajada o el más profundo pesar debido a la realidad en la que viven.
El director de la película, Abner Benaim, dijo a La Prensa que Plaza Catedral nació del deseo de contar una historia producto de sus vivencias en ese lugar icónico del Casco Viejo.
“Viví en Plaza Catedral por un tiempo y había un señor que trabajaba cuidando carros y con el que yo tenía una relación amistosa. Aunque veníamos de mundos totalmente diferentes, era una relación linda y humana y por eso pensé que esto era el punto de partida para una historia. De ahí, se fue dramatizando y es un proceso en el que fue cambiando mucho la historia hasta que quedó lo quedó en la película”, explicó.
Aunque reconoció que no es fácil ponerse en los zapatos de aquellos que desde sus posiciones podrían impulsar políticas públicas que conduzcan a los cambios sociales que terminen con el ciclo de violencia que se vive en los barrios del país, Benaim hizo un llamado para que la sociedad no se haga la vista gorda ante esta problemática social y humana.
“Todos entienden más o menos lo que pasa. El tema es cuánto te importa, es por qué luchas. Cuando despiertas en la mañana, qué te motiva, qué diferencia quieres hacer hoy, qué cambios quieres hacer y como político cada cual escoge sus objetivos. Lastimosamente, en la jerarquía de esos objetivos el tema de la delincuencia juvenil no está en los primeros a atender. [En cambio], usualmente queda rezagado a lo último. No se ve que es urgente y se percibe como normal, y eso me parece preocupante”, se lamentó.
El protagonista Fernando Xavier de Casta deslumbró a Benaim y al equipo de Plaza Catedral con su talento y su personalidad cuando se presentó al casting de la película. Desde entonces, ya llevaba consigo la vena artística, pues practicaba danza contemporánea en el programa Enlaces de la Fundación Espacio Creativo.
Su abuela, Cira de la Rosa, comentó este viernes, en la gala de inauguración del Festival Internacional de Cine de Panamá, que su nieto le prometió que sacaría a su familia adelante con los dones y talentos que Dios le dio. “Con esta película, yo te voy a dar una casa bien hermosa, ya no vas a tener que trabajar más”, le prometía, narró.
Soldador bajo el agua, barbero, dibujante, bailarín y jugador de fútbol eran las múltiples facetas de De Casta, un joven talento que se fue pronto (asesinado a tiros en Torrijos Carter en junio pasado).
De la Rosa espera que las autoridades ayuden a los jóvenes que viven en los barrios de Santa Ana y San Felipe, entre otros, a potenciar sus talentos culturales y deportivos.
Una de las que se sorprendió con el talento de De Casta fue su compañera de trabajo, la actriz Ilse Salas. La intérprete mexicana aseguró a este diario que “se siente su presencia, no su ausencia”, y afirmó que le honró mucho que ambos recibieran el premio Mezcal a mejor actriz y actor en el Festival de Cine de Guadalajara, México.
“Me honró mucho que reconocieran el trabajo de los dos, porque esa danza (en la película) sólo se podía hacer entre dos”, dijo.
Además, comentó que le emociona la idea que Plaza Catedral se vea en Panamá, el país en la que se hizo, ya que en la película están presentes aspectos que definen a la ciudad como lo cosmopolita y desigual que es. “Ojalá que la gente en este país la vea y se reconozca en el espejo, y se abracen (…) Si bien es una película que puede ser dura y conmovedora, no es sórdida. Espero que les deje un golpe, pero también un cariño”, expresó.
Salas reivindicó que los niños, las niñas puedan crecer sintiéndose amados y libres de un entorno de violencia.
“La sociedad tiene una deuda con ellos desde hace muchos años atrás y, entonces, nos quejamos de esos que no volteamos a ver, que son esos adultos ‘monstruos’ que cometen crímenes y que cuando eran niños nosotros los abandonamos”, destacó.