El Premio Nobel de Química recompensó a dos estadounidenses y un británico que se inspiraron en los principios de la evolución y de la selección natural para modificar las propiedades de las enzimas con fines terapéuticos e industriales.
El Nobel premia, con la mitad de la dotación, a la estadounidense Frances H. Arnold, de 62 años, profesora del Instituto de tecnología de California (Caltech).
La otra mitad es para el estadounidense George P. Smith, de 77 años, profesor en la Universidad de Missouri, y el británico Gregory P. Winter, de 67, de la Universidad de Cambridge.
Los tres científicos galardonados “domaron los principios de la evolución” y allanaron el camino para la producción de nuevos materiales o biocarburantes más limpios, así como a terapias innovadoras. “Han replicado los principios de Darwin en probeta. Se han basado en la comprensión de la molécula, que extraemos de los procesos de la evolución, para recrearlos en el laboratorio”, precisó el presidente del comité Nobel del premio, Claes Gustafsson.
La evolución dirigida es un conjunto de tecnologías que permite mejorar una proteína o un ácido nucleico al reproducir artificialmente el proceso natural de la evolución, aunque buscando orientarlo en una dirección elegida. “Ya podemos explotar los mecanismos de la evolución para producir cosas que el hombre no sabe concebir”, afirmaba en 2016 Frances Arnold, cuando ella recibió el premio Millenium Technology en Finlandia.
George Smith es el padre del método llamado phage display, que desmenuza el funcionamiento de los bacteriófagos -virus que infectan a las bacterias– y el rol de las proteínas en la infección.
Gregory Winter utilizó luego esos descubrimientos en ingeniería genética para codificar de forma diferente las proteínas y producir anticuerpos eficaces. “Estoy conmocionado y contento”, reaccionó Gregory Winter a la agencia de prensa sueca TT. “Yo era la persona adecuada en el momento adecuado”, declaró George Smith, ahora jubilado.
Alan Boyd, presidente de la Facultad británica de Medicina Farmacéutica, aplaudió el galardón. “El uso de anticuerpos es un cambio paradigmático, en el sentido de que ahora tratamos muchas enfermedades con beneficios significativos para los pacientes en todo el mundo y esto continuará en los próximos años”, dijo.
Distinciones
La medicina abrió el lunes el baile de los Nobel 2018, con el premio a un dúo de investigadores nipo-estadounidenses, James Allison y Tasuku Honjo, honrados por sus trabajos sobre la capacidad del cuerpo a defenderse de los cánceres virulentos, como el de pulmón o el melanoma. El martes, la canadiense Donna Strickland se convirtió en la tercera mujer en recibir el Premio Nobel Física, compartido con otros dos científicos, el francés Gérard Mourou y el estadounidense Arthur Ashkin.
Fueron premiados por haber revolucionado la técnicas de los láseres, usados hoy en el estudio de lo infinitamente pequeño y en la cirugía de ocular.
El Nobel de la Paz será anunciado el viernes en Oslo, antes del premio de Economía, que cerrará la temporada el lunes.
Por primera vez desde 1949, el anuncio del Premio Nobel de Literatura fue postergado un año por la Academia Sueca.