El 90% de las decisiones que una persona toma están basadas en emociones.
De ello está convencido el español Javier Iglesias, actual director de la consultora global de innovación Opinno, con sede en México.
Iglesias, quien además es consultor de start-ups, estuvo de visita en el país para impartir un taller sobre comunicación científica, en el que profundizó en que la innovación requiere de una estrategia de innovación consolidada.
Esto debe ser así, precisamente, porque “entre el 70% y el 90% de los proyectos de innovación fracasan”, recalca Iglesias.
De ahí la importancia del uso de la herramienta “Design thinking” (Pensamiento de diseño), que, en palabras de Iglesias, es “una metodología de resolución de problemas que coloca a la gente en el centro del proceso de innovación”.
Es por ello que al momento de innovar, es clave apostar por el uso de esta táctica, ya que fomenta la puesta en práctica de cinco acciones: empatizar, definir, idear, prototipar y probar, en ese mismo orden, comenta.
En primer lugar, destacó que “empatizar”—por observación o entrevista— es importante en el proceso para aprender de la audiencia a la que se desea dirigir.
Así mismo, al “definir” se busca crear un punto de vista que está basado en las necesidades del usuario, mientras que al “idear” se estimula una lluvia de ideas para buscar soluciones creativas.
La creación de un “prototipo” es crucial, ya que este permite construir una representación de una idea que se puedan mostrar a otros.
La etapa de “prueba” posibilita que se comparta la idea prototipada con el público meta, y palpar así la experiencia del usuario.
CASO DE ÉXITO
Un ejemplo de éxito que destaca sobre el uso de “Design thinking” ha sido el caso del Children’s Hospital of Pittsburgh en sus unidades de imagen por resonancia magnética (MRI), ya que estos equipos suelen asustar a los niños que, como pacientes, deben ser examinados.
Por ello, en ese caso, se buscó“mejorar la experiencia del niño en un MRI”, desarrollándose así el programa piloto “Adventure Series” en dicho hospital, ambientando los espacios, afirmó.
¿El resultado? La etapa de prueba final arrojó satisfacción de las familias en un 90%, y la necesidad de repetir los MRI disminuyó.