Los recuerdos de Mastretta

Todos se preguntan de adultos qué fue de aquella casa de su infancia y del lugar donde estaba su escuela. Recuerdos como estos y cuestiones como estas impregnan el último libro de Ángeles Mastretta, El viento de las horas, que fue presentado en la Feria Internacional del Libro (FIL).

“No podríamos vivir sin olvidar pero tampoco sin acudir con precisión y alegría a nuestros mejores recuerdos, o a los peores, sin duda, a todos los que nos emocionan”, dijo la escritora mexicana en una charla con sus lectores.

Detalles cotidianos, recuerdos y reflexiones sobre temas universales como la juventud, la belleza, el amor, la muerte y el paso inevitable de los años impregnan la nueva novela de Mastretta.

Y también su discurso, en el que estuvieron presentes sus perros, su hermana, que le cuenta historias de conocidos que ella se esfuerza en no olvidar, o su tía que quedó viuda con varios hijos y acabó convirtiéndose en una adivina con centenares de personas buscando sus predicciones.

“Contar historias fue lo suyo y se volvió lo mío”, dijo la escritora, quien recitó algunas de sus principales creencias actuales.

La escritora y periodista, nacida en Puebla en 1949 y que saltó a la fama por su novela Arráncame la vida (1985), dijo que hoy cree en cosas como la madre naturaleza, “en que los seres humanos son generosos y buenos”, en Úrsula Iguarán, en La Maga y “en la valentía de Leonor”, en “los misterios del fondo del mar”, en el cine, en la memoria, en la escuela primaria, en el amor de los quince años y en el sexo de los cincuenta.

“Creo en la luz de mi iPhone, en la cocina de mi abuela y en la esperanza de quienes, a pesar del miedo, siguen viviendo en Michoacán, en Jalisco, en Puebla y en México”, agregó.

El día de ayer se celebró la cuarta jornada de esta feria, que está considerada la más importante de Iberoamérica para la industria del libro.