Cuando se trata de innovación en cuidado de la salud, es fácil enfocarse en posibles medicamentos de gran éxito que prometen curas ostentosas con ventas potenciales de miles de millones de dólares. Pero un creciente número de investigaciones sugiere que aún se pueden obtener ganancias al hacer un mejor uso de las drogas que ya tenemos.
Un ejemplo, es un estudio publicado a principios de este mes en el New England Journal of Medicine, que encontró que las mujeres que tienen cáncer de mama con ciertas características genéticas pueden someterse solo a terapia hormonal y evitar la quimioterapia.
Los hallazgos son alentadores, y no solo por el impacto positivo que tendrá en los pacientes que podrán evitar los efectos secundarios tóxicos de la quimioterapia. También ofrecen aportes más amplios sobre las mejores prácticas para dar forma a la dirección de la medicina.
La investigación médica en su conjunto es arriesgada, requiere tiempo y puede ser costosa, por lo que no es de sorprender que los estudios que involucran drogas existentes, a menudo no reciban el tipo de financiación o atención que obtienen los nuevos tratamientos potencialmente curativos. Pero en un momento de precios de medicamentos en ascenso, debería ser una mayor prioridad para los gobiernos y otras entidades interesadas en mantener bajos los costos de atención médica, sin sacrificar la atención del paciente.
Vea el caso del cáncer de mama. La búsqueda de la medicina de precisión -drogas dirigidas a caprichos genéticos específicos- ha llevado a increíbles avances médicos. Pero esos tratamientos son caros.
El estudio publicado este mes, describe una forma diferente de usar pruebas genéticas que pueden ahorrarles a los pacientes y al sistema de atención de salud, las consecuencias del exceso de tratamiento.
Cuando no se pueden evitar los medicamentos, la investigación puede identificar cuándo se pueden usar con más moderación. Un estudio del Reino Unido, publicado en mayo, encontró que algunos pacientes con cierto tipo de cáncer de mama, pueden tomar el medicamento superventas Herceptin, de Roche Holding AG, durante seis meses, en lugar del estándar de un año, reduciendo los costos y los efectos secundarios.
Bajar el tratamiento con Herceptin a la mitad sería de gran importancia para algunos pacientes: el medicamento cuesta más de 70 mil anuales en Estados Unidos y trata un cáncer relativamente común.
Existen otros estudios fuera del cáncer de mama con resultados alentadores, que cubren una amplia gama de tratamientos de enfermedades: la metformina, una droga barata para la diabetes, puede ayudar a los pacientes con cáncer de pulmón cuando se agrega a otros medicamentos; una combinación de quimioterapias más antiguas pueden tener mejores resultados que drogas más costosas para el cáncer de páncreas; y los médicos pueden prescribir dosis más bajas de la droga superventas para el cáncer de la sangre Imbruvica, por nombrar algunos.
Todos estos resultados son importantes, particularmente dadas las fuerzas que están llevando la atención de la salud en una dirección más costosa.
El problema es la financiación. Las compañías farmacéuticas tienen menos incentivos para poner sus dólares de investigación en este tipo de estudios porque rara vez hay nuevas ganancias involucradas. Y aunque los Institutos Nacionales de Salud respaldados por el gobierno financiaron el estudio de cáncer de mama, una gran parte de su presupuesto también va a investigación nueva (de la que luego se beneficia la industria farmacéutica).