Un grupo de investigadores panameños se propuso analizar cuán frecuentes han sido las muertes por enfermedad cardiovascular en el istmo en los últimos 15 años, y ya tienen la respuesta.
Al igual que en otros países de la región latinoamericana, esta condición —que conlleva al desarrollo de trastornos del corazón y de vasos sanguíneos— en Panamá es la principal causa de decesos en Panamá.
Así lo manifestó el cardiólogo y científico Jorge Motta, investigador del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges), mientras presentaba los resultados de dicha investigación —en la que fue uno de los autores— en el marco de un evento que organizó el instituto recientemente.
Este trabajo, titulado “Análisis de la tendencia de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en Panamá, 2001-2014”, fue liderado por la médico María Carrión Donderis.
El equipo de investigación estuvo conformado por los científicos y también médicos Ilais Moreno, Franz Castro, Julio Zúñiga, Beatriz Gómez, además de Motta.
El objetivo fue describir las tendencias nacionales de mortalidad por enfermedad isquémica cardiaca, así como enfermedad cerebrovascular en casos ocurridos entre 2001 y 2014 en Panamá.
Exploraciones recientes realizadas en países desarrollados y en desarrollo, incluyendo países de América Latina, han reportado una disminución en las tendencias de mortalidad por enfermedad cardiovascular, dijo Motta.
Este análisis es el primer estudio nacional para Panamá que ha evaluado las tendencias recientes de mortalidad por medio de tasas estandarizadas, edad y género para medir la enfermedad isquémica del corazón y enfermedad cerebrovascular.
En el caso del istmo, “los resultados muestran una disminución significativa y sostenida en la tendencia de la mortalidad de enfermedad cerebrovascular entre 2001 y 2014, para ambos sexos y en todos los grupos de edad”, señaló el galeno.
En el caso de la enfermedad isquémica cardiaca, Motta añadió que se observó“una disminución significativa de la tendencia de la mortalidad a partir de 2010, y esta fue producida primordialmente por las mujeres”.
En contraste con estos hallazgos, se observó un aumento no significativo en las tendencias de mortalidad por ambas enfermedades entre adultos jóvenes.