Hay quienes dicen que la salud debe ser consecuencia del bienestar y desarrollo.
Por el contrario, el médico epidemiólogo colombiano Carlos Espinal Tejada está convencido de que la salud debe ser vista como un componente esencial para alcanzar desarrollo y bienestar.
Para ello, es necesario que las personas disfruten de “una cobertura de salud universal”, un concepto que involucra el acceso a medicamentos y vacunas seguras y efectivas a través de los servicios de salud y de precio accesible, así como el acceso a la protección de la salud, promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación, sin que esto le cause un problema financiero a la población.
Así lo sostuvo este especialista, director del Consorcio de Salud Global de Florida International University, durante una ponencia que realizó en el decimocuarto Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud, en Boston, Estados Unidos.
La expectativa de vida ha aumentado si se toma en cuenta que hoy día puede estar alrededor de los 80 y 82 años en los países en desarrollo, pero en promedio está, más o menos, en 74 años, dijo.
En 2015 se contaba con unas 901 millones de personas mayores de 60 años, y para 2050 se estima que ese grupo será de 2 mil millones, lo que cual traerá repercusiones serias en los servicios de salud, advierte.
Pero vivir más no quiere decir necesariamente vivir con buena salud, ya que la inversión en salud se concentra en los primeros años de vida, mas no avanza con la edad. “Lastimosamente, ningún sistema de salud hace intervenciones tempranas en enfermedad crónica”, señaló el doctor Espinal Tejada, quien brindó una entrevista a este medio sobre obstáculos en materia de salud y el rol de la vacunación.
¿Qué obstáculos representa para la salud pública tener una población envejecida?
Primero, el envejecimiento de la población es un hecho irreversible porque está disminuyendo la tasa de fertilidad, la tasa de nacimiento y el número de niños por familia, pero está aumentando la expectativa de vida, de manera que no hay forma de echar eso para atrás.
Segundo, tenemos que aceptar que después de los 40 o 50 años las personas empiezan a tener una serie de factores de riesgo para las enfermedades crónicas, ya que comienzan a registrarse pacientes con diabetes, enfermedad cardiovascular, cáncer, enfermedades metabólicas, etc., (...) que son de alto costo. Ese es un punto que va sobrecargando los sistemas de salud, que va llevando a los sistemas de salud a una situación presupuestal catastrófica.
Las vacunas alargan la vida. Ha pasado mucho desde que Edward Jenner creó la vacuna contra la viruela en 1796; sin embargo, todavía en el siglo XXI hay muchas enfermedades que no se pueden prevenir con vacunas. ¿A qué cree que se deba esto?
Hay muchas enfermedades que aún no se pueden prevenir con vacunas porque no es fácil producir vacunas para todos los microorganismos. Por ejemplo, el tema de vacunas para las enfermedades de transmisión sexual no ha podido ser completado. Deberían existir vacunas contra herpes, gonorrea, sífilis, pero no ha sido posible porque son microorganismos complejos.
En segundo lugar, las grandes industrias no tienen mucho estímulo para entrar a hacer investigaciones de vacunas si no se va a mantener una valoración adecuada de estas, ya que es importante que las empresas puedan tener un rédito de esa inversión y ganancias que le permitan reinvertir en los proyectos de investigación nuevamente.
En tercer lugar, los productores de vacunas se concentran en vacunas que tienen un gran impacto en salud, como vacunas contra ébola, zika, chikungunya o dengue (ya disponible).
¿Será posible crear una vacuna eficaz contra todos los tipos de virus de influenza y que proteja por varios años?
Se está investigando en una vacuna contra la influenza, que sea universal (...) Lo que se busca es encontrar las bases de las proteínas estructurales del virus que crucen con todos, y que sean capaces de ofrecer buena protección. Creo que pronto se va a lograr.
¿Qué opinión le merecen las vacunas terapéuticas contra cánceres y enfermedades crónicas?
El tema de las vacunas en cáncer y en enfermedades crónicas está vigente. Si podemos producir una vacuna que prevenga el cáncer de pulmón o el de próstata, por ejemplo, sería lo ideal.
Se está trabajando en vacunas terapéuticas que sean como coadyuvantes de las terapias que están siendo implementadas, que reduzcan los costos y los tiempos de esas terapias que son muy agresivas.
Es un tema de actualidad, está todavía muy en sus principios, pero es un tema de amplísimo desarrollo.

