Sumalee deposita flores blancas y se inclina ante la estatua de Saman Kunan.
Este submarinista murió durante el espectacular rescate de los jóvenes futbolistas y su entrenador, atrapados hace un año en una gruta inundada en Tailandia, convertida hoy en gran atracción turística. “Tenía que estar aquí para rendirle homenaje”, dice esta enfermera, llegada con sus dos hijos desde Chiang Mai, a más de 250 kilómetros de distancia.
“Es un héroe para todo un país. Salvó a nuestros jóvenes”, los 12 adolescentes del equipo de fútbol “Jabalíes salvajes“, atrapados durante más de dos semanas en esta gruta inundada.
Antes de la operación internacional de rescate que movilizó día y noche a centenares de personas y mantuvo en tensa expectativa a millones en todo el mundo, este lugar, en el corazón de una zona montañosa del norte del país, era un sitio tranquilo, lejos de los circuitos turísticos.
La gruta de Tham Luang acogía a 5,000 visitantes por año antes de lo ocurrido con los “Jabalíes salvajes”, según Kawee Prasomphol, responsable del lugar. Este año, “de octubre a abril hemos recibido a 1.3 millones de turistas” tailandeses y extranjeros, con máximos a veces de hasta 25,000 personas por día durante el feriado del fin de año, se felicita. Las autoridades esperan convertirlo en un importante centro turístico de la región.