Durante 2017, en Panamá se propagaron 85 familias o variantes de ransomware, códigos o programas maliciosos que secuestran o restringen los archivos del usuario a cambio de una recompensa monetaria.
Esta cifra ubica al país en el puesto 11 de la región, por detrás de México (con 247 variantes de ransomware), Brasil (220), Argentina (214), Perú (196) o Colombia (173), de acuerdo con el estudio sobre el estado del ransomware en Latinoamérica en 2017, elaborado por el laboratorio de seguridad informática ESET Latinoamérica.
En 2017 en todo el mundo se registraron mil 190 variantes de familias de ransomware, 446 más que de 2016, un incremento del 62%, destaca el estudio.
“Resulta claro que esta amenaza llegó para quedarse y las tendencias no son alentadoras; el ransomware ha venido evolucionando y aumentando en cantidad, complejidad y diversidad, puesto que se trata de una actividad rentable para los atacantes”, apunta Miguel Ángel Mendoza, especialista en seguridad informática de ESET Latinoamérica.
Los dos principales tipos de ransomware son los que bloquean la pantalla del equipo y evitan así tener acceso y los que cifran la información dentro del equipo y bloquean ciertos archivos, explica el ingeniero en sistemas Roger González.
El CryptoWall, TeslaCrypt, Cerber, Crysis, CryptProjectXXX, WannaCry y Locky son los tipos de ransomware más reincidentes en la región.
El TeslaCrypt ocupa el primer lugar de detecciones en países como Argentina, Chile, Colombia, México, El Salvador y Panamá. ¿Cómo se propaga? Lo hace por medio de técnicas que van desde el típico archivo adjunto a un correo electrónico, hasta un enlace malicioso distribuido por diferentes métodos (correo o mensajería instantánea) y que dirige a la víctima a una web comprometida, explica Mendoza.
“De esta forma, la víctima descarga el ransomware, sin saberlo, ya que este proceso se realiza en segundo plano y no se detecta hasta que la amenaza ha empezado a cifrar el disco duro y muestra una pantalla donde solicita el pago como rescate de la información”, añade Mendoza.
La principal forma de evitar ser una víctima de los ciberdelicuentes y sus ransomwares es tener un respaldo o copias de la información en otros equipos, indica González.
Estar informados sobre estas situaciones para no descargar archivos inocente o desinteresadamente y contar con programas de seguridad en el equipo son otras medidas para no ser afectados, acota Mendoza.