La obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial, más que factores de riesgo son enfermedades que están entre las primeras causas de atención en las instalaciones de salud del país. Por ello, el llamado de atención en cuanto a su prevención y control no debe cesar, apuntan las autoridades de salud.
Por ejemplo, casi el 50% de las personas con diabetes, un mal que afecta entre 9.5% y el 10% de la población panameña, no sabe que la padece y por ende no se atienden, indicó Elsa Arenas, coordinadora del programa de enfermedades crónicas no transmisibles del Ministerio de Salud (Minsa).
Estas personas van al médico cuando tienen complicaciones, como un problema de ceguera o cuando les van a realizar una amputación porque tienen necrosis en el pie por una herida, explicó Arenas en el II Congreso Nacional Multidisciplinario de Nutrición y dietética realizado este fin de semana.
También se dan los casos de personas que vienen presentando hipertensión arterial durante mucho tiempo y solo manifiestan dolor de cabeza, se toman un medicamento para atenuar el dolor, pues no saben que tienen problema de tensión alta y acuden al doctor cuando tienen un accidente cerebrovascular.
En Panamá, entre el 35% y el 45% de los adultos mayores de 25 años padece de hipertensión arterial, según especialistas en el tema.
La obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial son tres patologías que tienen una forma fácil de ser controladas o incluso prevenirlas; solo hay que prestarles la debía atención.
En este punto, Arenas mencionó que es muy triste que la población piense que “el Minsa va a resolver”, porque es un problema integral donde todos deben intervenir. “Hay que tomar conciencia, el ministerio no puede ir detrás de un niño para ver que está comiendo, pues es un problema de sus padres y de cada uno de este país, debemos estar pendientes para evitar que la situación se complique”, anota.
OBESIDAD
Entre las ponencias relacionadas con estas patologías, se presentó “Nutrigenética de la obesidad”, a cargo del doctor Salvador Zamora, profesor Emérito de la Universidad de Murcia, España, y catedrático de fisiología.
Zamora recordó que la nutrigenética estudia como las distintas variantes genéticas de las personas influyen en el metabolismo de los nutrientes, la dieta y las enfermedades asociadas a estas.
Zamora, junto a un equipo de investigadores europeos, han estado trabajando en este tema y mencionó que de acuerdo a sus estudios, si bien es cierto que la obesidad podría tener un factor genético, no siempre será así.
Si el padre es obeso, el hijo también lo será, puede que algunos casos no sea así porque todos tenemos una genética diferente.
Los obesos mórbidos siempre tienen una obesidad monogénica (alteración en la secuencia de ADN de un solo gen) de un gen que es clave y que se altera, y que provoca que esas personas no paren de comer, detalló.
“La genética nos está explicando por qué algunas personas son diferentes y se comportan de forma diferente”, subrayó.
En sus trabajos han investigado la conducta de los niños y jóvenes a través de un brazalete que les indica el comportamiento de los chicos frente a la tecnología, la cual les está afectando en su desarrollo.
Con estos aparatos que tienen unos sensores para detectar la radiación se han dado cuenta de que los chicos revisan su celular hasta altas horas de las noches, “sabemos cuántas veces los chicos han mirado su celular e incluso cuántas veces se despiertan en las noches”.
En este punto, señaló que de acuerdo con lo que han hallado en sus estudios, los jóvenes y niños están durmiendo poco. “Esto tiene un efecto negativo para esa mente que está en desarrollo”, resaltó.
En este sentido, recalcó que si se educa a las personas desde tempranas edades en cuanto a llevar estilos de vida saludable y a combatir el sedentarismo se puede ayudar en el control de la obesidad.
DATOS
En términos mundiales, las enfermedades crónicas no transmisibles afectan por igual a hombres y mujeres.
El 80% de estas dolencias se dan en los países de ingresos bajos y medios.
Más de 9 millones de las muertes atribuibles a estas enfermedades se producen en personas menores de 60 años.
Estos males no solo constituyen un problema sanitario, sino también un desafío en materia de desarrollo.
Fuente: OMS