La vida es como una ruleta rusa: a veces se está en las altas y otras en las bajas, y precisamente es en las bajas, es decir, en la adversidad, cuando se debe saber cómo asimilar la situación y hacerle frente.
Sin embargo, algunos individuos, ante la dificultad de cómo resolver una crisis personal, ponen punto final a sus vidas y cometen suicidio, afirma la psicóloga Vali Maduro de Gateño —miembro de la Fundación Relaciones Sanas y del Instituto Internacional de Psicoterapia—, quien este viernes 17 de marzo brindará la conferencia “Mitos y realidades del suicidio”, de 9:00 a.m. a 11:00 a.m., en el aula magna Dr. Víctor F. Goytía, de la Universidad Santa María la Antigua (USMA). La entrada es gratuita y abierta a todo público.
La conferencia, que es una iniciativa de la Escuela de Psicología de ese plantel educativo, tiene como fin aclarar dudas sobre el tema, así como capacitar en reconocer los riesgos y tomar algunas acciones preventivas para apoyar a las personas que puedan presentar estos riesgos, reflexiona la especialista, quien hizo un doctorado con tesis en el estudio y la prevención del riesgo suicida.
Existen varios mitos sobre el suicidio que rodean tanto a la persona que comete el acto como a sus seres queridos.
“Entre los más peligrosos de la persona que tiene riesgo suicida está el hecho de pensar que va a solucionar sus problemas al quitarse la vida, sin pensar que al hacer esto también pierde las cosas buenas de su vida. En cuanto a los amigos y familiares, el riesgo más peligroso es creer que ‘no podemos hacer nada para ayudar’, o creer que ‘perderemos la relación con la persona si hablamos de sus intenciones’. La realidad es que la mayoría de las personas se beneficia de la ayuda profesional, bajando su riesgo, y siempre es mejor perder una amistad que perder un amigo”, aclara Maduro de Gateño.
Panamá no escapa de esa realidad si se toma en cuenta que un total de 110 lesiones autoinfligidas intencionalmente o suicidios se registró en el país en 2015, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República. De estos, 91 fueron hombres mientras que 19 fueron mujeres.
Por ello, al ser el suicidio un acto que puede ser prevenido, es esencial que la sociedad civil conozca sobre cómo puede ser capaz de ayudar al otro. En este sentido, la psicóloga aconseja prestar atención a la conducta de la persona que considere en riesgo, y “si notas cambios llamativos, acércate y pregunta cómo está”.
Asimismo, recomienda escuchar “sin prejuicios” y así abrir el espacio para que “diga lo que piensa y siente. Si habla de quitarse la vida, tómalo en serio. No lo dejes solo. Ayúdalo a buscar apoyo familiar y profesional”.