Claudio Downs se fijó una meta: albergar a 60 peregrinos que estan en Panamá para presenciar la visita del papa Francisco, por motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Downs, propietario de la concesionaria de autos Full Cars, S.A., utilizó un terreno en construcción habitable que se convertirá próximamente en la nueva sede de su negocio.
El joven empresario se propuso emprender esta iniciativa tras ver en los medios cómo la Iglesia católica solicitaba alojamiento para los miles de peregrinos que vienen a nuestro país.
De inmediato se puso en contacto con la Iglesia de Guadalupe y esta accedió, por la cercanía de la casa a lugares estratégicos como el parque Omar, la cinta costera y la misma parroquia que se encuentra ubicada en el corregimiento de San Francisco y, por ello, pueden desplazarse caminando a las diferentes actividades de la JMJ.
“Me motiva dar posada como lo hicieron con Jesús y los discípulos. Cuando ellos vienen, también hay posibilidad de darles posada a ellos. No solo eso, sino recibirlos de la mejor manera posible. Queremos que sepan que tienen amigos aquí”, agregó.
Para hacerlos sentir como en casa, él organizó una parrillada cuyo menú contó con las brochetas de carne como el plato fuerte y gaseosas como las bebidas a servir.
Downs manifestó que estará junto con su familia pendiente de los peregrinos que se alojan en su terreno y visitarlos periódicamente junto a su esposa e hijos.
Además, comentó que varias amistades están uniendo fuerzas para colaborar con el alojamiento de estos peregrinos y las necesidades que se presenten en el camino.
Él ve a la JMJ como un privilegio, que el país tenga la capacidad de recibir a muchos peregrinos de todas partes del mundo.
“Los jóvenes hoy en día necesitan una columna vertebral, valores y mucho de Dios. Mi principio de vida es: primero Dios, después la familia y el trabajo. Si los jóvenes vienen a glorificar y adorar a Dios, al final están más en contacto con él y no se desvían al mal camino”, reflexionó.
Después de que este medio publicara en su página web una entrevista en video en la que el empresario implora la ayuda de los demás panameños para que colaboren con el alojamiento de los peregrinos, días después, la respuesta no se hizo esperar. De inmediato llegaron donaciones de todo tipo y colaboradores dispuestos a dar lo mejor de sí para brindar una experiencia memorable a los peregrinos y hacerlos sentir como en casa.
Él también cuenta con la ayuda de su hermana y demás personas que también están apoyando su causa.
Claudio Downs recuerda que cosas como estas no se viven todos los días, y que su misión está en camino a ser cumplida.
Una experiencia nueva
Los protagonistas del banquete de bienvenida ha sido, sin duda, la treintena de peregrinos italianos llegados de pasar unos días de prejornada en la región de Azuero, donde tuvieron oportunidad de ir a lugares históricos como la catedral de Ocú y la parroquia Nuestra Señora de la Asunción.
Los sacerdotes Ricardo Pascolini y Marco Briziarelli lideran a estos jóvenes. A los pocos minutos de llegar a la ciudad capital, se sintieron acogidos por los panameños que, por ejemplo, les acompañaban con las bocinas de sus vehículos para ser parte de sus cánticos.
“Estamos muy contentos de formar parte de esta fiesta en esta noche y de ser acogidos en esta casa”, manifestaron.
Yuri Casagrande, de 18 años, es un italiano que nunca antes tuvo la oportunidad de viajar más allá de su propio país, y esta es su primera Jornada Mundial de la Juventud.
“Esta experiencia es bonita, ya que estamos en un evento importante en un gran país como lo es Panamá, como lo es Milán”, expresó esperanzado de poder ver al papa Francisco.
Giusseppe, otro peregrino de 26 años, recuerda con cariño la estancia que le brindó una familia de la provincia de Herrera hace una semana.
“El corazón de las personas que me acogieron en su casa es muy grande (...) Disfrutaron mi presencia y poseo muy buenas memorias de esa familia”, agregó.
En cuanto al pontífice, Giuseppe considera que es un papa cercano a los jóvenes, ya que utiliza un lenguaje fácil y sencillo para conectar con los jóvenes.
“Él habla de la libertad, de no ser malas personas y ser fuertes, ya que somos jóvenes y deberíamos ser valientes ante la vida”, dijo.
Lorenzo Vittarelli, de las periferias de Perugia, coincide con Giusseppe y dice que siempre necesitamos el mensaje que pueda brindar el papa Francisco por la paz.
