El legendario Caffè Florian, el más antiguo de Venecia y meca de literatos, artistas y políticos, amenaza con cerrar para siempre tras 300 años en funcionamiento, agobiado por la crisis generada por la pandemia y las inundaciones del 2019.
“Si morimos es por problemas económicos“, confesó ayer Marco Paolini, gerente del célebre y elegante establecimiento veneciano, que este diciembre cumplirá tres siglos desde su fundación, en una rueda de prensa en línea con medios extranjeros.
“El Caffè Florian cerrará si no cuenta con las condiciones técnicas y económicas para seguir abierto”, dijo.
Como el Florian, en la céntrica plaza de San Marcos, conocido por sus decorados románticos, sus medallones, alegorías y conciertos al aire libre, han tenido que cerrar otros cafés históricos venecianos, como Caffè Quadri, Caffè Lavena y Caffè Todaro.
“El covid ha golpeado el tejido turístico y cultural italiano. Venecia está de rodillas“, lamentó Paolini.
La ciudad, que había sufrido un revés importante cuando las mareas alcanzaron niveles históricos en noviembre de 2019, causando graves inundaciones, comenzaba a recuperarse cuando la Covid-19 empezó a propagarse en marzo por toda Europa, lo que le propinó un duro golpe.
Desde entonces, la ausencia de turistas, principal fuente de ingresos de la ciudad, transformó a Venecia en una ciudad fantasma y la sumió en uno de los años más negros de su historia reciente.