Jerusalén Smith fue recientemente distinguida como una de las 100 mujeres más poderosas del mundo por la revista Forbes Centroamérica.
La doctora panameña de origen guna tuvo la vocación de ser pediatra desde muy joven, cuando participó junto a su tía de una serie de giras médicas en las que un grupo de médicos estadounidenses -entre los que se encontraban neumólogos y pediatras- se quedó por unos meses a brindar sus servicios a la población de la comarca Guna Yala.
Ella fungía de traductora del guna al español para eliminar la barrera idiomática que existía entre los médicos y la comunidad.
“Me gustaba mucho el enfoque integral que se centra en servir a los demás y estar con la gente”, expresó.
La etapa universitaria de Smith estuvo marcada por la disciplina y la constancia.
En los primeros semestres en los que cursó la carrera de medicina, ella tuvo que atravesar un difícil período de adaptación que incluía un horario en el que estudiaba día y noche.
“Recuerdo que me costaban mucho las materias que tenían que ver con la física o la química. (...) Estas dificultades me enseñaron la importancia de estudiar aún más y decirle no a otras cosas como fiestas y actividades”, aseguró.
Los horizontes profesionales de Jerusalén Smith han ido encaminados hacia el liderazgo en su comunidad y querer hacer la diferencia.
“Siempre pienso que la tarea de un médico debe ser marcada por el liderazgo dentro de una comunidad. Yo no quiero simplemente trabajar en un consultorio de 8:00 a.m. a 2:00 p.m., yo quiero ser una médica que se involucre con sus pacientes y los ayude a educarse para cuidar su salud”, dijo.
Jerusalén Smith
Se graduó en 2015 con el índice más alto de su facultad, y se convirtió en la primera mujer guna en graduarse de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Ella concibe la medicina como un instrumento integral para ayudar a los demás, brindándoles cuidados y conocimientos para garantizar a su comunidad acceso equitativo a una atención sanitaria de calidad.
La noticia de su inclusión en la lista de la revista Forbes Centroamérica como una de las 100 mujeres más poderosas del mundo llegó en un momento en el que cumple dos meses de casada con su esposo, que también es médico de profesión.
Su labor no sólo se circunscribe a la unidad de pediatría del Hospital Irma de Lourdes Tzanetatos sino que la expande cada vez que puede a la comarca de Madugandí, así como a las diferentes islas que componen el archipiélago de San Blas.
“Siempre busco crear conciencia en la comunidad y, al mismo tiempo, busco en mi entorno profesional crear un lazo muy bonito entre Guna Yala y los profesionales que trabajan en la ciudad”, comentó.
Echada para adelante
El decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá (UP), el doctor Enrique Mendoza, recordó a Smith como una estudiante sencilla y sobresaliente que logró posicionarse como la primera en su promoción, en el año 2015.
“Cuando pronunció el discurso de graduación, ella eligió usar el idioma guna al inicio de su intervención”, dijo el académico.
Mendoza describió a Smith como una joven estudiosa, y resaltó que en el año 2015 ella fue escogida como abanderada en el desfile por la conmemoración de los 112 años de la separación de Panamá de Colombia.
Smith forma parte de la larga historia de médicos indígenas de etnia guna, siendo el doctor Alicio Rivera el primero en graduarse de la Facultad de Medicina de la UP, en el año 1973.
“Ella ocupó el hito de ser la primera mujer guna en graduarse de Medicina con el primer puesto, con el índice académico más alto”, resaltó.
Así mismo, Mendoza dijo que Smith se caracteriza por ser una joven con valores humanos, y con una vocación dirigida al estudio.
“Hay que aprender para servir a los pacientes y, al mismo tiempo, liderizar. Y ella conjuga muy bien esos tres verbos”, aseguró.
El decano de la Facultad de Medicina de la UP dijo que desde el año 2015 se implementó una política en la que se otorgaban diez cupos para estudiantes de los pueblos originarios, a través de un proceso de admisión en el que tienen que competir entre ellos.
Se contempla traer a Panamá a los aspirantes en su último año de secundaria, para que la UP los pueda preparar mejor de cara a sus estudios en la facultad de medicina.