Siendo niño, el científico Fraser Stoddart creció en la granja familiar en Escocia.
“No había ni televisión ni ordenador. Se divertía haciendo puzzles, desarrollando así una calidad esencial para un químico: reconocer las formas y entrenarse para ensamblarlas”, recuerda la Academia Real de Ciencias, que entrega el premio Nobel de Química.
Stoddart, con dos hijas que también son químicas, soñaba con ser un “artista molecular”, añadió la Academia.
“Me siento muy sorprendido y muy feliz porque comparto el premio con dos investigadores que admiro enormemente”, explicó a la agencia sueca TT.
Bernard Ben Feringa, de 65 años, profesor en la Universidad de Groninga (Holanda), es el primero en haber desarrollado un “motor molecular”, lo que le permitió crear un “nanovehículo” con cuatro ruedas motoras.
Interrogado en directo por la Academia sueca, dijo “tener la impresión de ser un poco como los hermanos Wright, que volaron (en avión) por primera vez hace 100 años. La gente dijo: ¿para qué necesitamos máquinas volantes? Y ahora tenemos el Boeing 747 y el Airbus”.
“Si piensan en los materiales que podemos crear hoy gracias a la química, en nuestra capacidad para introducir funciones dinámicas y construir máquinas, o producir materiales que pueden cambiar de función, entonces las posibilidades son infinitas”, aseguró.
Según el jurado del Nobel, “las máquinas moleculares serán muy probablemente utilizadas en el desarrollo de objetos como los nuevos materiales, los sensores y los sistemas de almacenamiento de energía”.
La creación de ordenadores moleculares que permitirían almacenar y tratar la información a nivel molecular, o robots microscópicos capaces de cumplir una gran variedad de funciones en medicina o la vida diaria, están entre las potenciales aplicaciones de estas máquinas.
El premio está dotado con 8 millones de coronas (832 mil euros).
El año pasado fue otorgado a Aziz Sancar (Turquía/Estados Unidos), Paul Modrich (Estados Unidos) y Tomas Lindahl (Suecia) por sus investigaciones sobre la reparación del ADN.
SECRETOS
Los premios Nobel llevan el nombre del inventor de la dinamita, Alfred Nobel, y han sido concedidos desde 1901 por logros en ciencia, literatura y paz de acuerdo con su testamento.
El premio de Química es el último de los premios Nobel científicos en ser anunciado.
Los científicos británicos David Thouless, Duncan Haldane y Michael Kosterlitz ganaron el martes pasado el Premio Nobel de Física, por revelar los secretos de materia exótica como los superconductores, materiales que conducen la electricidad sin perder ningún tipo de resistencia.
La Real Academia Sueca de Ciencias reconoció esta semana sus “descubrimientos teóricos sobre transiciones de fase topológicas y fases topológicas de materia”.
Su investigación en las décadas de 1970 y 1980 abrió la puerta a un mundo antes desconocido donde la materia adopta estados o fases inusuales, agregó la academia.
COMPONENTES CELULARES
Mientras que el científico japonés Yoshinori Ohsumi ganó, el lunes pasado el Premio Nobel de Medicina de este año por descubrimientos relacionados con la degradación y reciclaje de los componentes celulares.
El Instituto Karolinska premió a Ohsumi por sus “brillantes experimentos” en la década de 1990 sobre la autofagia, el mecanismo con el que las células reciclan su contenido.
Se han relacionado las alteraciones de la autofagia con varias enfermedades, como el Parkinson, la diabetes y el cáncer, señaló el instituto.
Aunque el concepto existía desde hacía más de 50 años, su “importancia fundamental en la fisiología y la medicina sólo se reconoció tras la investigación de Yoshinori Ohsumi, que cambió el paradigma en la década de 1990”, dijo el instituto en un comunicado.