Cocinando y Donando (Cocydon) es una iniciativa de gastronomía social que nació en 2016, cuando Luis Fernando Norato cocinó 12 platos en la cocina de su apartamento para repartirlos a personas que se encontraban en situación de calle.
Tiempo después, este gesto solidario devino en un movimiento gastronómico integrado por donantes de alimentos, chefs y voluntarios, quienes hasta hace poco se reunían todos los sábados para impulsar este proyecto que generaba entre mil y mil 200 platos cada sábado para los más necesitados del área metropolitana.
Cocydon, al igual que otras iniciativas de ayuda al prójimo, tuvo que reinventarse tras las medidas impuestas para frenar la propagación del nuevo coronavirus.
Antes de la pandemia, entre 50 y 60 voluntarios se sumaban cada semana a Cocydón. Ahora operan tres sábados al mes y cada día entregan entre 110 y 150 platos de comida a los más vulnerables, repartidos en distintos lugares, como la avenida 5 de mayo y Curundú.
“Nosotros seguimos trabajando, siempre manteniendo las medidas de bioseguridad como el uso de mascarillas y el distanciamiento físico”, aseguró David Icaza, de Cocydon.
Cocydon desarrolló dos actividades para despertar la solidaridad en el público. Una de ellas es Cocydon Virtual, en la que los participantes suben en sus historias de Instagram cómo cocinan uno o varios platos destinados a personas necesitadas de un alimento.
Otra de las actividades desarrolladas es la entrega masiva de comida a áreas de difícil acceso en Panamá Este.
Icaza detalló que Cocydon planea en el futuro abrir un centro gastronómico en el que no solamente se cocinen y despachen alimentos sino que se brinden talleres de cocina, arte o informática.
“Nosotros contemplamos este proyecto cómo una manera de realizar una experiencia de manera integral y brindar una ayuda más allá de un plato de comida”, expresó.
Para hacer este proyecto realidad, Icaza manifestó la necesidad de encontrar un terreno factible para realizar estas actividades, y mencionó un terreno abandonado del Ministerio de Salud, ubicado detrás de las instalaciones del Sistema Estatal de Radio y Televisión, en Ancón.
Todavía no han podido hacer los acercamientos pertinentes para darle uso.
“Nuestro sueño es que en vez de cocinar cada sábado, lo podamos hacer todos los días, con tal de que podamos atender a todo aquel necesitado de un plato de comida caliente y un gesto de amor”, agregó.