Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) –fijados para luchar contra los problemas más acuciantes de la humanidad, como la pobreza extrema– están plasmados en el juego de cartas 2030 Objetivos Globales, con el que se busca desarrollar los conocimientos que tienen los jugadores sobre estas metas, así como la comprensión de todo lo necesario para que los ODS puedan convertirse en una realidad.
Fusionar la filosofía de “aprender jugando” con la importancia de lograr estos objetivos esenciales para el desarrollo humano fue parte de la idea de los creadores del juego, Andrés Tarté y Raúl Chang, quienes desarrollaron el proyecto en colaboración con la Ciudad del Saber.
Tarté y Chang son socios de la empresa Hábitat Games, que también creó el juego Ecópolis, que pretende generar conciencia sobre el desarrollo sostenible de forma fácil y entretenida.
2030 Objetivos Globales. Más datos
Se puede adquirir a través de la página web www.playecopolis.com por un costo de $19.95. Los envíos son gratis para Panamá.
El juego es de 12 años en adelante y pueden jugar entre una y ocho personas.
Hay cuatro modalidades de juego y el paquete consta de 186 cartas tamaño póker.
Los creadores escucharon de los ODS por primera vez cuando presenciaron una charla ofrecida por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, mientras todavía estaban desarrollando Ecópolis.
Luego de asistir a la presentación de los objetivos –que se caracterizan por el uso de diversos colores y símbolos para identificar las metas– decidieron desarrollar un concepto para transformar los ODS en un juego de mesa con una dinámica útil para divulgar su misión.
“Empezamos a sacar ideas y de ahí a desarrollar lo que sería ese juego con un tablero y unas cartas. Luego, en aras de simplificar la producción y abaratar costos y materiales, decidimos reemplazar el tablero por uno con el que se pueden utilizar las mismas barajas para elaborarlo. En esencia, el concepto de los ODS nos pareció un juego, así que decidimos darle una ramificación y estamos muy contentos con lo que salió del producto final”, explicó Tarté.
La primera edición disponible para el público llegó a Panamá en abril pasado.
La dinámica
El juego se puede realizar en cuatro modalidades: Descarte, Pararrayos, Memoria y Casino, en las que cada jugador debe emparejar las metas con el objetivo al cual corresponden. Una actividad que no sólo se hace extensiva al público infantil y familiar, sino al entorno laboral, en el que se pueden poner en práctica este tipo de iniciativas.
El juego de mesa consiste en 186 cartas, de las que 17 representan los objetivos y las 169 restantes son las metas para lograr alguno de esos objetivos.
“Puede sonar fácil al principio, pero hay muchos objetivos que son multidisciplinarios. Es decir, uno puede deducir que esa meta corresponde al objetivo de la Educación de Calidad, pero también podría encajar en el objetivo de la Igualdad de Género. Lo divertido está en que hay que tratar de deducir y adivinar cuál es la carta. Las modalidades son diferentes, pero se basan más o menos en lo mismo', dijo Tarté.
Las cartas también pueden ayudar a estudiar a profundidad los ODS. “Las tarjetas del juego se pueden utilizar también para reforzar el estudio de los ODS a modo de flash cards y así aprenderlo de manera estructurada”, explicó Chang.

Nuevas generaciones
Para Chang, es importante que los niños, adolescentes y adultos –estos últimos responsables de tomar decisiones sociales, económicas y políticas– necesitan entender mejor e interiorizar la importancia de tener un desarrollo sostenible real y tangible.
“El planeta tiene capacidades finitas que no podemos continuar explotando de forma irresponsable. Siempre que consumimos de manera desmedida y exagerada, ponemos en riesgo nuestra propia existencia. Se nos dificulta entender que nosotros no somos los dueños del planeta, sino un pedazo de él, junto con la naturaleza y los animales. Mientras más temprano se comparten estos conocimientos, más oportunidades vamos a tener de salvar el planeta y sobrevivir”, dijo.
Por su parte, Tarté expresó que el juego 2030 Objetivos Globales es una alternativa lúdica para que la población sepa de los alcances que tienen cada uno de los 17 objetivos y el por qué es importante acometer estos logros para 2030, que buscan, entre otros aspectos, mejorar la educación y combatir el cambio climático.
“Mientras estás jugando, vas a estar aprendiendo cuáles son las claves de esta hoja de ruta”, agregó.
Tarté y Chang tienen la meta de incorporar este juego a programas educativos dentro de las escuelas y universidades del país, así como en las comunidades y empresas como parte de sus esquemas de Responsabilidad Social Empresarial, una vez se estabilice la crisis provocada por la pandemia.


