Como sacada de la trama de una película de ciencia ficción distópica, quedó ayer viernes inaugurada la novena versión del Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá).
Esta vez no comenzó la faena en una sala de cine convencional sino que el arranque ocurrió de manera digital y tuvo como escenario cinco países distintos del planeta.
Las actividades cinematográficas empezaron de la mano de un diálogo sobre la vida, el cine y los cambios debido a la crisis sanitaria a raíz del nuevo coronavirus.
Fue una reunión de amigos que charlaron, se rieron, se confesaron y se extrañaron cada uno desde sus respectivas casas dentro de un encierro que calificaron de necesario, y todos conectados por internet.
Los cinco involucrados en esta apertura tienen en común que están vinculados desde hace años a la industria audiovisual iberoamericana y que todos han estado unidos al IFF Panamá. Pituka Ortega de Heilbron y Diana Sánchez fueron las principales gestoras de esta cita anual con las imágenes en las que el trío de actores ha participado en ediciones pasadas del IFF Panamá: Geraldine Chaplin, en cuatro ocasiones; Ricardo Darín, en dos; y Luis Tosar, en una.
Conductas peculiares
Desde Buenos Aires, Darín, de 63 años, invitó a apostar por el optimismo, por tener fe en el porvenir; contagia sus ganas de seguir hacia delante y tiene muchos deseos de que la normalidad regrese pronto a la existencia de todos.
Chaplin, de 76 años, se sinceró sobre su estado de ánimo: está demasiado conectada con la realidad noticiosa en torno a la Covid-19, tanto, que aunque lo ha intentado “lo llevo fatal: no puedo leer, no puedo ver películas, tengo una sobredosis de las noticias sobre el virus”.
Luis Tosar, de 49 años, ha pasado por muchos estados diferentes en estos meses de cuarentena: “no tengo concentración, no puedo ver películas ni la televisión, algo hace que las rechace, quiero estar conectado con la realidad que quizás sea más ficticia de lo que pensamos. Porque son noticias contradictorias las que escuchamos y leemos”.
Darín se denominó el ángel exterminador de los mosquitos (porque en Argentina los casos por dengue rivalizan con aquellos que han sido contagiados por el coronavirus) y dice que hay jornadas en que le ha costado conciliar un sueño reparador.
A Tosar le ha dado por la jardinería, por grabar con amigos un largometraje sobre el confinamiento en España y por hacer objetos de madera (hasta se compró una sierra eléctrica para esos menesteres).
Chaplin está concentrada en aprenderse la obra de teatro El Rey Lear (en el inglés del siglo XVI, cuando fue escrita por William Shakespeare), más, está abrumada porque no le agradan las pantallas de la computadora y de los celulares porque prefiere ver a los ojos a sus seres queridos y porque su esposo se la pasa limpiando como un compulsivo la casa y con esa misma intensidad hace todos los días pan casero y empanadas chilenas.
Enseñanzas
Peculiares comportamientos aparte, los tres artistas también compartieron que hay varias enseñanzas en torno a esta pandemia.
Por ejemplo, que la Tierra necesitaba un descanso del comportamiento egoísta del ser humano; que se debe cuidar al medioambiente para que lo puedan disfrutar todas las generaciones; que como sociedad estábamos dentro de un círculo vicioso de un exagerado consumo; y que han perdido un poco la noción del tiempo (no recuerdan si algo lo hicieron ayer o la semana pasada).
También agradecen que han podido estar más semanas junto a sus familias (salvo Chaplin que sus 2 hijos residen en Estados Unidos), porque ir de un rodaje a otro los aleja de sus hogares por meses y todos ponen en su sitio la importancia de gente a la que no siempre agradecían sus labores: el personal sanitario, el que les hace las compras, la gente de la limpieza…
La situación sanitaria global, comentó Chaplin, ha dejado al descubierto una verdad conocida por muchos, pero olvidada por todos: que el nuevo coronavirus “es totalmente discriminatorio, ataca más a los pobres, que son los más vulnerables, y no solo a los viejos”.
Darín cuestiona: “Estamos volviendo a lo esencial. Hay que reciclar, hay que ser austeros y ser más inteligentes. ¿Por qué tuvimos que esperar hasta que viniera algo tan duro como esto para reflexionar?”.