La vacunación obligatoria es una decisión sanitaria que ha provocado polémica desde que fueron descubiertos los primeros tratamientos, y que ha vuelto al debate público con la Covid-19.
Austria impondrá a partir del 4 de febrero la vacunación a todos los adultos. Es el primer país europeo que toma esa decisión.
Es una decisión política “objeto de un debate muy intenso y apasionado”, reconoció este mes el canciller austriaco, Karl Nehammer.
El debate no surgió con la crisis de la Covid-19. Hace dos siglos que aparece y desaparece, al vaivén de las vicisitudes políticas e históricas, desde que se inventó la primera vacuna (viruela), a finales del siglo XVIII.
Profesionales
A mediados de 2021 varios países impusieron la obligatoriedad de vacunarse a algunas categorías profesionales.
En Francia se aplica a personal de hospitales y geriátricos, bomberos, conductores de ambulancias y cuidadores a domicilio.
En Italia, a los trabajadores sanitarios. el personal de residencias de ancianos, escolar y las fuerzas del orden.
En Grecia, a los trabajadores de residencias y personal sanitario.
Inglaterra, a las plantillas de geriátricos y desde abril de este año al personal de sanidad. En Alemania, al personal médico.
En Hungría, las empresas lo exigen a sus empleados, y en Panamá el Ejecutivo anunció el 5 de enero esta obligación para todos los funcionarios, pero la disposición no es oficial aún.
Algunos países escandinavos impusieron la vacunación obligatoria entre 1800 y 1810, y el Reino Unido votó una ley en ese sentido en 1853.
Pero, paradójicamente, son esos países los que ahora se muestran más reacios a imponer las inoculaciones. Francia, por el contrario, impone numerosas vacunas a su población, aunque el debate duró largo tiempo.
“En el momento en que Francia decidía la obligación”, a principios del siglo XX, “Inglaterra la abandonó y no la reanudó nunca más”, resumió la doctora y filósofa Anne-Marie Moulin.
Más cerca
En América Latina, la inmunización obligatoria ha seguido los vaivenes de la historia colonial. La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, impulsada por el médico español Francisco Javier Balmis, dio la vuelta al mundo entre 1803 y 1806, para imponer la vacuna contra la viruela en todos los rincones del Imperio, aunque con éxito desigual.
En México se impuso la vacunación obligatoria contra la viruela en 1926 y en 1973 se amplió la obligación a cuatro vacunas esenciales: poliomelitis, sarampión, difteria y tuberculosis.
En Argentina, una ley de 1983 estipula la vacunación obligatoria y gratuita, y fija un calendario nacional.
El pasado 25 de diciembre, Ecuador comenzó a aplicar la vacunación obligatoria contra la Covid-19 para todos los mayores de 5 años.
En Panamá la vacunación no es obligatoria, aunque las autoridades anunciaron el pasado 5 de enero que exigirían la vaunación anticovid a todos los funcionarios que, en caso de no haber sido inmunizados, también podrían someterse a una prueba cada semana. El decreto sobre esta disposición no ha sido publicado en la Gaceta Oficial.
De vuelta a Europa
En el Reino Unido, violentos disturbios en la primera década del siglo XX, en Leicester, llevaron a las autoridades a revocar su decisión de obligar a la población a inmunizarse. Cien años después, en los años 2000, “los especialistas de salud pública pensaban que políticamente ya no se podía obligar: parecía inútil, desagradable y antidemocrático”, destacó Moulin.
Francia renunció a imponer la vacuna contra la tuberculosis en esa época.
En el debate público surgió la noción de que “los países anglosajones han abandonado la obligación, solo subsisten los países latinos retrasados. Ese clima duró hasta la Covid-19”, explicó.
Numerosos países, en particular escandinavos, registran tasas de vacunación excelentes, sin forzar a sus respectivas poblaciones. Pero ¿esa libre elección es causa o consecuencia de la disposición de cada ciudadano a vacunarse?
Con la introducción de pasaportes sanitarios, el debate entra en otra dimensión. No se obliga a los ciudadanos a vacunarse, pero sin ese documento, su vida diaria se complica. “Hay una diferencia de fondo”, indica el historiador francés Laurent-Henri Vignaud, especialista en vacunación. “En un caso, es ‘el Estado protector [el que] asume sus responsabilidades y te dice lo que tienes que hacer’. En el otro extremo, es ‘haz lo que quieras, pero en función de tu elección, podrás participar completamente en la vida social o no”, concluyó.
Vacuna anticovid
Como se dijo, Ecuador declaró en diciembre pasado la vacuna anticovid obligatoria para toda la población mayor de cinco años, lo que supuso una primicia a nivel mundial.
Antes, en julio de 2021, dos países autoritarios de Asia Central, Turkmenistán y Tayikistán, y el Estado federal de Micronesia, en el Pacífico, habían impuesto la medida a los mayores de 18 años.
Austria es el primer país de la Unión Europea en aprobar una ley en este sentido que afectará a toda la población adulta y entrará en vigor el 4 de febrero. Quien no cumpla, se arriesgará a una importante multa que se suprimirá si se vacuna en las siguientes dos semanas.
En Alemania, el Bundestag empezó a debatir el 26 de enero un proyecto de vacunación obligatoria, defendido por el nuevo canciller, Olaf Scholz.
En Indonesia, ponerse la vacuna es obligatorio, en teoría, desde febrero de 2021. Pero en la práctica, menos de la mitad de la población está vacunada un año después.
En tanto, dos países europeos imponen las vacunas a las franjas de edad más susceptibles de caer gravemente enfermos por la infección.
En Italia, un decreto ley adoptado el 5 de enero de 2022 obliga a todos los mayores de 50 años a haberse inoculado a partir del 15 de febrero.
En Grecia, se aplica desde inicios de año para los mayores de 60 años.

