Los pasajeros hicieron un vuelo de ocho horas solo para mirar por la ventanilla del avión, pero se trataba de una vista extraordinaria.
Un vuelo arrendado salió el pasado jueves por la noche de Dunedin, en Nueva Zelanda, para volar ayer viernes cerca del Círculo Polar Ártico y dar a los emocionados pasajeros una visión de cerca de la aurora austral.
La idea fue del director del Museo Otago, Ian Griffin.
El director, que además es astrónomo de oficio, dijo que se le ocurrió después de haber visto la aurora austral cuando voló como invitado en un avión de observación de la NASA.
Los 134 asientos del Boeing 767 arrendado se vendieron en cinco días y un hombre viajó desde España para disfrutar del vuelo, señaló.
Aunque podría haber llenado el avión varias veces, señaló Griffin, solo se ofrecieron los asientos de ventanilla y los contiguos, dejando vacío el centro del avión.
“Creo que fue absolutamente fantástico”, dijo Griffin.
“Estábamos debajo.... Parece como si estuvieras mirando un río verde, veteado”, agregó.
El pasajero Nick Wong dijo que se enteró del vuelo el año pasado a través de medios sociales y decidió apuntarse.
“No creí que viéramos algo tan espectacular a simple vista”, dijo.
“De verdad fue fabuloso formar parte de una aventura con gente con intereses similares, que estaba tan emocionada como yo o más de ver este fenómeno”, añadió Wong.
Las auroras polares se forman cuando partículas solares interaccionan con el campo magnético de la Tierra.
Un asiento en este vuelo costaba 2,000 dólares de Nueva Zelanda (1,400 dólares), el doble para clase business. Griffin señaló que está pensando en organizar otro viaje el año que viene en un avión más grande.

