Corrupción, pugnas, traiciones y servilismo



La verdadera cara de la justicia panameña se dejó ver ayer en televisión. Corrupción, confabulaciones, traiciones, matraqueos políticos, y sobre todo, quedó en evidencia el control que tuvo el expresidente Ricardo Martinelli en el Órgano Judicial.

El magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) Harry Díaz, en una entrevista en Telemetro, habló de temas que van desde el proceso que ese tribunal sigue a Martinelli por los pinchazos telefónicos, hasta cómo en la Corte se acataban las órdenes que emanaban del Palacio de Las Garzas.

EJECUTIVO-JUDICIAL

De la reelección de José Ayú Prado como presidente de la Corte, Díaz dijo: “Esto ya lo tenían fraguado. Y aquí en este despacho, cuando vino Hernán De León, que es el único que ha ido a visitar a todos los magistrados para ponerse a la orden, se lo dije: ‘Hernán, esto que han hecho ustedes ha sido burdo. ¿Por qué tenía [Cecilio] Cedalise que proponer?, ¿qué querían lograr con eso?, ¿por qué no lo propusiste tú o Fábrega?”.

“Pero lo hicieron tan burdo… Después se hacen los asombrados de ver la reacción de la ciudadanía”.

El lunes 4 de enero, Ayú Prado, quien tiene al menos 10 denuncias en la Asamblea Nacional, la mayoría de ellas relacionadas con su vínculo con Martinelli, se reeligió como presidente de la CSJ con el voto de De León, Luis Ramón Fábrega, Ángela Russo, Cedalise, quien lo propuso, y el de él mismo.

Cuando se le consultó sobre si la mano del Ejecutivo estuvo en todo esto, el magistrado de la Sala Segunda Penal manifestó: “no lo sé”. -¿Le llamaron?: “En ningún momento”, respondió.

Pero, sectores de la sociedad civil organizada coincidieron ayer en que ahora más que nunca las declaraciones de Díaz dejan al descubierto la tradicional influencia que tiene el Ejecutivo sobre el Judicial.

En un comunicado, la cúpula del Partido Revolucionario Democrático afirma que lo dicho por Díaz “deja en evidencia la necesidad imperante de aplicar correctivos en nuestro sistema de justicia”. “Quedó claro que el presidente Juan Carlos Varela sigue interviniendo en los otros dos órganos del Estado, influyendo en sus decisiones, aplicando las mismas técnicas que el gobierno del expresidente Ricardo Martinelli, lo que lastimosamente representa que nada ha cambiado”.

En esa misma línea, el constitucionalista Mario Galindo manifestó: “Lo que le conviene al magistrado Ayú Prado, al país, y al presidente Varela, es que Ayú Prado renuncie a la Presidencia de la Corte”.

Tanto Cedalise como Russo fueron nombrados en diciembre pasado por el presidente Varela, y horas después de haber asumido el cargo, votaron por Ayú Prado. Cuando ambos se presentaron ante la sociedad civil prometieron independencia en sus decisiones y que no acatarían órdenes del Ejecutivo, por eso, para algunos causa suspicacia el hecho de que Cedalise, con pocas horas de estar en la Corte, postulara a Ayú Prado, quien ha sido señalado como el brazo operativo de Martinelli primero en la Procuraduría de la Nación, y luego en la Corte.

Durante la entrevista, Díaz planteó el esquema completo de quien tenía la última palabra en el palacio Gil Ponce en el pasado quinquenio. Contó sobre cómo renunció a sus aspiraciones de presidir la CSJ en el bienio 2014-2015, luego de ser citado al despacho de Martinelli. 

—“Harry, yo quiero que tú renuncies a tus aspiraciones presidenciales”, le pidió el exgobernante.

—“Presidente, ni siga”, contestó Díaz.

— “Pero Harry, yo te estoy pidiendo el favor, yo necesito que tú te bajes… Es que yo necesito que sea [Alejandro] Moncada Luna [hoy preso en El Renacer por enriquecimiento injustificado y falsedad de documentos públicos]”, insistió Martinelli.

— “Presidente, ¿usted está en algo ilícito? ¿Por qué quiere a un megacorrupto como Moncada?”, le respondió el magistrado.

“Porque él va a hacer cosas que ustedes no quieren hacer”, le contestó el hoy diputado del Parlamento Centroamericano, quien tiene al menos 11 procesos en la CSJ.

Díaz, incluso admitió que él mismo acató órdenes de Martinelli. El exgobernante le pidió el voto para Luis Ramón Fábrega para vicepresidente de la CSJ. Aquí, según Díaz, actuó como intermediaria María Fábrega, hermana de Luis Ramón Fábrega, quien en la época ejercía como viceministra de la Presidencia.

Reveló que Martinelli lo llamó y sacó a relucir varios favores que le había hecho. Entre ellos el nombramiento de su hermano [Javier Díaz], quien fue ministro de Salud en el gobierno pasado, y también la designación de Hernán De León como magistrado de la Corte.

— “Así como me pediste eso, te estoy pidiendo que votes por Fábrega para vicepresidente”, lo emplazó Martinelli.

Díaz le hizo caso. —“Le dije, ‘ok, me voy a tragar este trago amargo’. Llamé a [Jerónimo] Mejía [y le dijo] ‘lamento decirte que no voy a votar por ustedes para vicepresidente”.

Y agregó: “conmigo no lo hacía para efectos de los fallos, pero sí me llamó para que me bajara y apoyara”.

LOS BLOQUES POLÍTICOS

El magistrado también ratificó los bloques políticos instaurados en la Corte. Los del PRD, los nombrados por Cambio Democrático. Es la certeza de que cada quien responde al gobierno que lo nombró. Jerónimo Mejía, Oydén Ortega, al igual que lo hacía Harley Mitchell, a quien se le venció su período en el Palacio Gil Ponce el pasado 31 de diciembre, responden al PRD, pues fueron nombrados por el expresidente Martín Torrijos.

De León, Fábrega, el propio Díaz, y Moncada Luna, todos nombrados por Martinelli, tal como quedó demostrado en la entrevista, respetaban su línea.

AYÚ PRADO RESPONDE

Mientras en la televisión se emitía la entrevista de Díaz, en el salón de audiencia del Segundo Tribunal Superior Penal se celebraba un acto por la apertura del año judicial 2016, en el cual participaron los nueve magistrados de la Corte, funcionarios del Órgano Judicial, y hasta el presidente de la Asamblea Nacional, Rubén De León, entre otros. La agenda de esta actividad quedó en segundo plano, al menos para los periodistas que cubrían el evento. Las declaraciones de Díaz fueron el tema obligado. Pero, una vez concluyó la jornada, los magistrados rápidamente abandonaron el recinto para evitar los cuestionamientos, incluyendo al propio Díaz.

Ayú Prado sí habló. “Yo también tengo un problema. Yo sí recuerdo las normas constitucionales y del Código Judicial acerca de la ética, y acerca de la forma en que tiene que comportarse un magistrado de la Corte Suprema de Justicia. Pero esa es mi individualidad, si otras personas no lo quieren ver así, eso se respeta”, dijo.

En cuanto a las críticas por su reelección como presidente de la CSJ, Ayú Prado dijo que “no somos robots, somos nueve individualidades, no somos infalibles. Aquí también hay unas personas que nos están felicitando y nos están apoyando. Esto se trabaja así, hay que recibir las críticas, hay que asumirlas, tratar de rescatar lo bueno y seguir trabajando”.

Admitió que le había prometido a Díaz que votaría por él para presidente de la CSJ. Pero explicó que lo hizo en el contexto de que le daría el voto en caso de que se postularan Díaz y Luis Ramón Fábrega como candidatos a presidir el máximo tribunal. “Pero el magistrado Fábrega no se postuló...”, advirtió. Explicó que en el período de votación, el magistrado Díaz recomendó que fuese Ángela Russo la que lo juramentara y nadie impugnó. Dijo desconocer las razones por las que Cecilio Cedalise lo postuló. “Pregúntale al magistrado Cedalise”, expresó al ser cuestionado sobre el tema.

En la entrevista, Díaz contó que Ayú Prado le había prometido su voto. “Yo lo llamé y le dije: quiero que me digas que tú no estás tratando de reelegirte”. Y el presidente de la Corte le contestó: “Se lo prometí a mi esposa, a mis hijas, a la Virgen (...) yo no me voy a reelegir”. Agregó que cuando Cedalise lo propuso e inicia el período de votación, Ayú Prado manifestó: “bueno, yo voy a tener que romper mi palabra y votar por mí mismo”.

Díaz culpó a Fábrega de ser el que fraguó todo.

CARTA A LA ASAMBLEA

La respuesta de Ayú Prado no se quedó en palabras. En la tarde, el presidente de la Corte envió una nota a los diputados Rubén De León y Jorge Iván Arrocha, presidentes de la Asamblea y de la comisión de Credenciales, respectivamente, para que consideren “si es necesario que el magistrado [Harry] Díaz González de Mendoza se ratifique de sus dichos y presente la o las pruebas que sostengan sus aseveraciones”.

Adjuntó copias digitales de la entrevista de Díaz en Telemetro, así como fotocopia de una nota que Harley Mitchell, magistrado de la Sala Civil hasta hace dos semanas, dirigió a la Asamblea el 26 de octubre de 2014 para que se pronunciara sobre el contenido de una entrevista a Díaz, publicada dos días antes en la sección “Knockout” de La Prensa.

En esa entrevista, concedida a este diario, Díaz criticó como una mala práctica que sus colegas vendieran fallos y archivaran expedientes.

“Confiamos en que esto se tramite en estricto apego a las garantías fundamentales y principios procesales que establece la Constitución y la ley”, agregó Ayú Prado.

CUANDO ARJONA HABLÓ

El episodio de ayer, a juicio de activistas por la justicia, es comparable con las declaraciones que hizo el exmagistrado de la Corte Adán Arnulfo Arjona el 2 de abril de 2005. Ante los medios de comunicación Arjona reveló que sus entonces colegas Arturo Hoyos, Aníbal Salas y Winston Spadafora habían permitido a través de sus fallos, “la puesta en libertad de personas investigadas por narcotráfico, homicidio, tráfico internacional de armas, descongelamiento de bienes, y denegación de acceso a información pública”. Luego hizo un recuento de cada uno de los fallos.

Las palabras de Arjona impactaron a todos los sectores de la sociedad quienes pidieron una especie de revolución judicial. Martín Torrijos, quien gobernaba Panamá en la época, se vio obligado a decir: “todo lo que está pasando nos indica que debemos abocarnos hacia profundas reformas del sistema de justicia”. Y así nació el Pacto de Estado por la Justicia, hoy denominado Comisión de Estado por la Justicia. La iniciativa, según Magaly Castillo, una de sus activistas, ha logrado importantes reformas como la aprobación del sistema penal acusatorio y su implementación en tres distritos judiciales del país, y la reciente aprobada Ley de Carrera Judicial.

MÁS CAMBIOS

Diez años después de las declaraciones de Arjona, y con una Corte, según expertos, con evidente grado de descomposición a la luz de lo declarado por Díaz, los cuestionamientos no cesan. Urgen cambios. Al menos así lo ve el abogado constitucionalista Carlos Bolívar Pedreschi en conversación con este medio.

“El día 2 de noviembre, Día de los Difuntos, yo destacaba que el problema [del sistema judicial] era bastante más grave de eso. Yo no podría decir dónde hay más abogados corrompidos, si dentro del Órgano Judicial, o fuera del Órgano Judicial. La situación es bien grave. Ayer [el miércoles] hablaba con Harley Mitchell, que ahora es decano de [Facultad de Derecho] la Universidad Santa María la Antigua, y le decía que esto no puede seguir así. Los muchachos no pueden salir a la calle egresados de derecho y que el diagnóstico profesional de ellos sea determinado por la cuantía de los honorarios. Esto no puede seguir así”.

El propio Arjona también reaccionó. “[Lo dicho por Díaz] es un desafortunado, penoso e inútil episodio que, además de no abordar los problemas relevantes del sistema, solo deja al descubierto la triste descomposición institucional de la justicia”.

Ayer, en las escalinatas del Palacio Gil Ponce, representantes de la sociedad civil organizada, a gritos, pedían la renuncia a “todos” los magistrados de la Corte. “Esta Corte ya no aguanta más”, dijo por ejemplo Magaly Castillo, de Alianza Ciudadana Pro Justicia (ver noticia relacionada).

Este medio intentó obtener una versión sobre el tema de parte del Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares, pero Genaro López, uno de sus líderes, dijo que no había visto la entrevista, por lo que no podía hacer comentarios.

Las declaraciones de Díaz coinciden con un momento histórico en el Órgano Judicial. La Corte Suprema de Justicia mantiene abiertos, al menos, 11 procesos al expresidente Ricardo Martinelli por supuestos actos de corrupción durante su mandato (2009-2014). El caso más avanzado es el relacionado con el espionaje perpetrado durante su gobierno, proceso en el que precisamente Díaz es el magistrado fiscal.

(Con información de Eliana Morales Gil, Rubén Polanco, Gustavo Aparicio y Olmedo Rodríguez)



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