Hablar de Richard Glenn Fifer Carles en Panamá es hablar de minería, pero no precisamente de las mejores prácticas en un país con una rica y a la vez frágil biodiversidad. La historia del presidente ejecutivo de Petaquilla Minerals LTD, el holding de Petaquilla Gold, ha estado sumida en una vorágine de escándalos desde sus inicios.
Comenzó la construcción de su mina de oro en 2005, en el cerro Petaquilla, ubicado en la reserva forestal de Donoso, dentro del distrito del mismo nombre, en la provincia de Colón, sin tener estudio de impacto ambiental aprobado. Fifer no mitigó los daños ambientales en este patrimonio forestal -parte del Corredor Biológico Mesoamericano- y taló 55 hectáreas que eran parte del refugio de al menos 650 especies de flora y fauna amenazadas.
Pero poco antes de su detención en Colombia por la presunta estafa a la empresa Gold Dragon Capital Management Ltd., la suerte solía acompañar al autodenominado “padre de la minería panameña”, según expresa en su blog. La Anam multó a su compañía Petaquilla Gold con $1.9 millones por
daños ambientales, pero la Corte Suprema de Justicia falló a su favor y le anuló la sanción en 2010.
El fallo de la Corte se dio a pesar de los informes previos de la Anam en los que aseguraba que la zona de la construcción de la mina en Donoso, unas 160 hectáreas, había perdido su cobertura boscosa en un 80% y que el daño ambiental era irreversible.
El apetito minero de Fifer rebasó los límites de su concesión amparada bajo el contrato Ley 9 de 1997 que le concedía 13 mil 600 hectáreas o 136 kilómetros cuadrados para la operación, y no solo exploró en múltiples ocasiones fuera de su concesión, tal y como lo expuso en los reportes de su empresa, sino que desde 2013 declaró ante los inversionistas del mundo y en informes presentados ante la Securities and Exchange Commision de Estados Unidos (la agencia reguladora de los valores en ese país) que tenía su propio distrito minero que abarcaba más de mil kilómetros cuadrados entre las provincias de Colón y Coclé.
Dentro de este distrito minero equivalente al 1.5% del suelo patrio se localizan los 70 kilómetros cuadrados en la comunidad de Belencillo, en Donoso, que le vendió a Gold Dragon como “concesión” en 1.1 millones de dólares en acciones, más 600 mil dólares en gastos de exploración, cuando lo único que tenía su filial Petaquilla Gold era un trámite de solicitud para exploración en esa zona ante el Ministerio de Comercio.
Si hay algo que le reconocen a Fifer sus colegas mineros panameños es su capacidad para hacer negocios. Por ejemplo, le alquiló por $1.3 millones 2.45 hectáreas a Minera Panamá para sus campamentos.
Por venderle parte de su concesión de 136 kilómetros cuadrados a Minera Panamá, en 2008 -la actual mina de cobre en etapa de construcción en Donoso-, Fifer recibió $45 millones, una venta en la que al Estado no le tocó ni un centavo.
En todos los gobiernos, Fifer ha sido un hombre bien conectado. Obtuvo su concesión durante la gestión de Ernesto Pérez Balladares (1994-1999) para operar hasta 60 años, con múltiples exoneraciones. Además, representó al Gobierno en temas mineros.
Con Mireya Moscoso (1999-2004) fue gobernador de la provincia de Coclé y asesor de Seguridad. Tuvo orden de captura en 2005 por sustraer $100 mil cuando fue gobernador, pero el caso se cerró al devolver el dinero.
Con el presidente Martín Torrijos (2004-2009) celebró, en 2005, la reactivación de los trabajos de su mina en Molejón.
Comenzando el período de Ricardo Martinelli (2009 - 2014), Petaquilla Gold obtuvo su licencia comercial para exportar oro, tras aceptar duplicar sus regalías hasta llegar a 4%, algo calificado como “irrisorio” por ambientalistas en comparación con el daño ecológico.
Al visitar la mina de Fifer en 2011, Martinelli fue generoso en elogios: “Tiene una minería responsable y le ofrece empleo a por lo menos mil 200 panameños...”, empleos en los que, a la postre, incumplió el pago obrero- patronal de la Caja de Seguro Social a sus trabajadores, tema de las audiencias de ayer.
Martinelli fue señalado por supuestamente manipular las acciones de Petaquilla Minerals Ltd. con información confidencial, mediante una cuenta denominada High Spirit en la casa de valores Financial Pacific (FP).
En 2012, la Fiscalía de Colón pidió llamar a juicio a Fifer por delito ambiental; en diciembre de 2015 la Fiscalía Decimosexta de Circuito emitió una orden de arresto a Interpol contra Fifer como parte de una investigación por la presunta estafa a Gold Dragon. En este juicio nuevamente la suerte de Fifer emitirá su veredicto.