‘Noriega no ha pedido perdón’

‘Noriega no ha pedido perdón’


Viudas y familiares de los militares fusilados en la llamada masacre de Albrook, ocurrida el 3 de octubre de 1989, no olvidan lo ocurrido y sus heridas tampoco han cerrado.

+info

Defensa de Noriega solicita depósito domiciliarioNoriega, 26 años despuésEn memoria de los caídos en la masacre de Albrook

Prueba de ello es Gisela Muñoz, viuda del teniente Jorge Bonilla Arboleda, asesinado tras el fallido intento de golpe a Manuel Antonio Noriega, quien viajó a Panamá desde Colorado, Estados Unidos, para entregarle a los magistrados del Segundo Tribunal Superior Penal una carta, en la que les solicita que se rechace el pedido de casa por cárcel que hicieron los abogados del exdictador.

En efecto, el abogado Ezra Ángel, representante de Noriega, interpuso la petición de depósito domiciliario ante el Segundo Tribunal el pasado miércoles, 18 de mayo, alegando complicaciones en el estado de salud de su cliente, quien permanece detenido en la cárcel de El Renacer desde el 11 de diciembre de 2011, tras ser extraditado desde Francia.

Veintidós años antes de su llegada al país, el 3 de octubre de 1989, un grupo de militares de la Compañía Urracá, liderados por el mayor Moisés Giroldi, se tomó el cuartel central de las Fuerzas de Defensa, en El Chorrillo, y retuvo a Noriega.

Pero los golpistas fueron neutralizados y ocho de ellos fusilados en los hangares ubicados en Albrook Field, sector aledaño a donde hoy está la primera estación del Metro.

Estos fueron los capitanes León Tejada, Juan Arza, Edgardo Sandoval y Eric Murillo; el teniente Jorge Bonilla; los subtenientes Ismael Ortega y Francisco Concepción; y el sargento Feliciano Muñoz.

El también sargento Deóclides Julio fue ultimado en el propio cuartel central; Giroldi fusilado al día siguiente, 4 de octubre, en el antiguo cuartel de Tinajitas, hoy convertido en prisión; y el capitán Nicasio Lorenzo falleció el 6 de octubre en la cárcel Modelo víctima de torturas.

Años más tarde, el 2 de marzo de 1994, Noriega fue condenado a 20 años de prisión por el asesinato de Giroldi; y en julio de 1996 a 15 años por asociación ilícita y privación de libertad en relación con la masacre de Albrook Field.

ENCUENTRO PRIVADO

La viuda de Bonilla y la hermana de Giroldi, Maritza, se reunieron ayer con los magistrados del Segundo Tribunal Adolfo Mejía y María de Lourdes Estrada y les expusieron su rechazo a que Noriega sea liberado.

A su salida de la reunión, Gisela Muñoz declaró: “es muy cómodo ahora decir que se encuentra enfermo, pero la medida cautelar que están solicitando es para que se vaya a disfrutar lo que se robó (...) y a disfrutar de sus nietos”, dijo.

“Mi hija, que ahora tiene dos niños, perdió a su papá a la edad de 11 años (...) entonces no es muy fácil pasar la página”, agregó.

Expresó su repudio por lo que ha escuchado de algunos abogados que antes se oponían a Noriega y ahora lo defienden. “Me doy cuenta de que nada es gratis en esta vida”, exclamó.

TESTIMONIO

En una entrevista dada a este diario el 7 de octubre de 2014, Muñoz dijo cómo halló el cadáver de su esposo.

El 3 de octubre de 1989, ella estaba en su trabajo en el Ministerio de Vivienda cuando en la radio leyeron la proclama en la que se informó el retiro y jubilación de Noriega y otros miembros del Estado Mayor.

Muñoz preguntó entonces a sus compañeros si habían escuchado quién firmaba la proclama.

“Cuando me dijeron Moisés Giroldi, pensé: ‘si está metido Giroldi, está metido Jorge’, porque él era su ejecutivo”.

Se fue a su casa y ahí le dijeron que su marido había quedado preso. “Supe cuáles eran las consecuencias”, recordó.

Mandó a su hija a Chiriquí para que la cuidara su abuela, y luego se puso a recorrer hospitales. Finalmente, se enteró por una noticia en televisión que los golpistas estaban muertos. Quedaron 11 viudas y 34 niños huérfanos de padre.

NO SE HA ARREPENTIDO

Maritza Giroldi señaló que le dejó claro a los magistrados que ella y la familia Giroldi “están en contra de cualquier medida cautelar que le den al asesino Noriega”.

“Este señor nunca ha mostrado arrepentimiento ni ha pedido perdón a los familiares. Hay pecados que solo Dios perdona”, dijo.

Agregó que no se opone a que Noriega reciba atención médica por los problemas de salud que pueda tener, pero sí tiene que terminar su pena en la cárcel.

Al consultarle sobre la situación actual de la familia de Moisés Giroldi, contó con la voz entrecortada que Noriega se encargó de destruir a esa familia el 3 de octubre de 1989.

La casa de la familia Giroldi fue totalmente saqueada ese día por órdenes de Noriega.

El exdictador, preso en la cárcel El Renacer, fue extraditado desde Francia a Panamá el 11 de diciembre de 2011. Pagó cárcel en Estados Unidos y Francia por 20 años.

Además, de la condena por la masacre de Albrook y el crimen de Giroldi, Noriega paga penas de cárcel por el asesinato del médico Hugo Spadafora,  ocurrido en 1985; y por la privación de libertad del mayor Humberto Macea (1988).

Tiene pendientes procesos por el homicidio del dirigente Heliodoro Portugal en 1970, y el de los chiricanos Everett Clayton Kimble Guerra, en 1968, y Luis Quiroz, en 1969.

LAS MÁS LEÍDAS