El gobierno panameño comunicó a Finmeccanica que la propuesta de entregar unos drones para suplir la falta de capacidad de los radares es “inaceptable”. Por tanto, el conglomerado italiano debe "llevarse" los aparatos y "devolver el dinero".
“En coordinación con los estamentos técnicos y de seguridad de la República de Panamá, debemos concluir que su propuesta es inaceptable”, señaló la nota que el gobierno panameño envió a Finmeccanica.
El pasado miércoles, representantes de Sélex -subsidiaria de Finmeccanica- se reunieron en Panamá con el ministro de Seguridad Pública, Rodolfo Aguilera, quien les planteó una contrapropuesta que -según un boletín oficial- consiste en que "se lleven sus radares y devuelvan el dinero pagado hasta el momento", es decir, $125 millones.
Aguilera también comunicó a la empresa que debía "asumir" la inversión realizada en instalaciones y demás infraestructuras levantadas para apoyar la operación de los radares. Los italianos pidieron un plazo de 30 días, para dar respuesta.
"Si hubo sobreprecios, que se reembolse, y si hubo delito, que paguen con pena de prisión", dijo Aguilera, según cita el boletín oficial. El ministro no descartó reclamar por la vía judicial "y darle seguimiento a las querellas penales que siguen su curso en Italia y Panamá".
En lugar de radares, las costas panameñas se podrían custodiar con aviones de vigilancia -tripulados o no-, "que son más efectivos y baratos". Pero no serán adquiridos directamente a Italia, ya que para ello hay intención de convocar a una licitación pública.
Los 19 radares adquiridos a Selex son parte del acuerdo que, en materia de seguridad, suscribieron Panamá e Italia en el año 2010, por un monto de $250 millones. Dicho acuerdo permitió, además, la compra de seis helicópteros a Agusta Westland y un mapa cartográfico digital a Telesspazio Argentina, todas filiales del conglomerado italiano.
Los radares no tienen capacidad para detectar las lanchas rápidas que utilizan los narcos para transportar droga. En principio se dijo que era un problema de “calibraje”. Luego, la empresa intentó subsanar el daño incorporando drones (aviones no tripulados).
Más información en la edición impresa de La Prensa del sábado 13 de junio de 2015.
