Hasta el año 2009, Juan Carlos Marciaga era un empresario de Penonomé, poco conocido. Por entonces, figuraba como dueño de las compañías Coclesana de Distribución S.A. y Suplatec S.A., dedicadas a la fabricación de envases desechables y venta al por mayor y al detal de productos alimenticios, respectivamente.
Pero en julio de 2010, con la creación del Programa de Ayuda Nacional (PAN) –antiguo Fondo de Inversión Social (FIS)– Marciaga experimentó un boom en sus modestos negocios.
Creó, al menos, 20 sociedades anónimas logrando posicionarse en poco tiempo entre los principales proveedores de esta institución.
Tal fue su éxito, que entre 2009 y 2014 esas compañías fueron beneficiadas con 523 órdenes de compra por más de 70 millones de dólares en el PAN, cuyos dos exdirectores –Giacomo Tamburrelli y Rafael Guardia– ahora enfrentan procesos judiciales por graves irregularidades en múltiples contrataciones.
Desde entonces, el nombre de Juan Carlos Marciaga empezó a repetirse en los corrillos y luego en las calles de su tierra natal, donde empezó a presumir su gusto particular por los vehículos de lujo.
La opulencia también encuentra lugar en sus residencias. El año pasado compró –sin financiamiento bancario y a través de una fundación privada– una propiedad en Bijao Beach Club & Residences, valorada en más de 800 mil dólares.
Tras el arresto de los dos ex directores del PAN, Marciaga traspasó el pasado viernes este inmueble a una sociedad anónima. Y, paralela a esta compra, Marciaga empezó a construir en Penonomé un centro comercial (ver nota relacionada).
VINCULACIÓN
Marciaga es uno de los empresarios mencionados en el expediente que adelanta la Fiscalía Segunda Anticorrupción por irregularidades en la adquisición de bolsas con comida y en el programa “piso y techo”, que ejecutó el PAN con presupuesto del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot).
Un testigo del Ministerio Público (MP) apuntó su dedo índice a Marciaga. Lo acusó de ser un empresario que infló los precios de las bolsas con comida, en complicidad con Adolfo 'Chichi' De Obarrio, exsecretario privado del expresidente Ricardo Martinelli.
El testigo –identificado con el alias “Euro-14”– contó que Marciaga estuvo entre los principales proveedores de las bolsas con comida que adquirió el PAN en la gestión de Guardia, supuestamente con sobrecostos: su valor real era de 10 dólares, pero el PAN pagaba más del doble: 25 dólares.
Según el testigo, Marciaga “siempre llegaba con las 3 cotizaciones para que el departamento de compra del PAN confeccionara las órdenes de compra”. “Él [Marciaga] siempre traía las cotizaciones del mismo grupo de empresas. El que se encargaba de agilizar el trámite de compra y el pago era Félix Ríos, exjefe de mantenimiento del PAN”, agregó.
La Prensa identificó 20 sociedades anónimas que utilizó Marciaga para vender al PAN bolsas con comida y otros artículos, como lámparas solares y botas de hule importada de China, que eran regalados por el despacho de la exprimera dama Marta Linares de Martinelli y uno que otro diputado en el torneo electoral.
OTRA VEZ ‘CHICHI'
Marciaga se rodeó de personas de su entera confianza –empleados, amigos, un hermano y hasta de su hoy excuñada– que prestaron sus nombres para aparecer como directores de esas compañías que dejaron de operar días después de las elecciones del 4 de mayo.
El testigo contó a la Fiscalía Segunda Anticorrupción que quien daba las órdenes para contratar las compañías de Marciaga era 'Chichi' De Obarrio, a quien le ordenaron detención preventiva, acusado de peculado, corrupción y fraude en contrataciones públicas.
La intervención de De Obarrio en estos actos públicos es corroborada, no solo por este testigo, sino por los exdirectores del PAN Tamburrelli y Guardia.
Por ejemplo, Tamburrelli mencionó en su declaración indagatoria que “la empresa a la que se adjudicó la distribución de la comida deshidratada fue sugerida por De Obarrio”. Mientras, Guardia declaró que los proveedores del PAN no eran elegidos por él, sino que “seguía instrucciones del señor 'Chichi' De Obarrio”.
“Euro-14” fue más allá. Aseguró que De Obarrio –que está fuera del país y que, de acuerdo con su abogada, no regresará por ahora– fue “socio” de Marciaga.
Pero Marciaga negó a La Prensa cualquier vínculo con el exsecretario privado de Martinelli. “No soy amigo ni tengo sociedades con 'Chichi' De Obarrio”, sostuvo.
Meses atrás, Marciaga afirmó que estaba “tranquilo” y que le resultaba “increíble” que siempre lo mencionaban a él y no a otros proveedores. “Estoy presentando las pruebas en la Fiscalía”, explicó.
NUEVO ESCÁNDALO
El testigo también vinculó a Marciaga con presuntas anomalías en el programa “Piso y Techo”, cuando narró que hubo “sobreprecios en los materiales de construcción, en la distribución y que no se entregaban completos”.
Citó, por ejemplo, que en esta “componenda” estaban cuatro sociedades, aunque no fueron las únicas: Mister Rooster Corporation, S.A, Panamá Group Siulang, S.A., Econobásicos Internacional, S.A. y Grupo H H & R, S.A.
En el Registro Público se inscribieron actas de reuniones de accionistas de estas compañías y sus antiguos directores pertenecen al “círculo cero” de Marciaga.
“En estas contrataciones el negocio lo reportaba directamente el señor Juan Carlos Marciaga a través del señor Chichi De Obarrio, que no tenía nada que ver con el PAN. Simplemente él daba las órdenes a Rafael Guardia, de a qué empresas se le debía comprar y este era socio en la participación de las ganancias producto del programa Piso y Techo”, declaró el testigo.
Al respecto, Marciaga dijo que “en el expediente de la fiscalía reposan todas las cotizaciones que demuestran que no hubo sobrecostos” y que las direcciones regionales del PAN pueden dar fe que los materiales fueron recibidos satisfactoriamente.
Las sociedades de Marciaga diversificaron sus actividades. Por ejemplo, Mister Rooster Corporation, S.A. vendió botitas de hule al PAN a 25 dólares. En el mercado local cada par de este tipo de bota cuesta unos 10 dólares. En otras palabras, el PAN pagó 150% más caro de lo que se consigue al detal.
Con la formulación de cargos a los exdirectores del PAN, Marciaga, a través de la firma de abogados Infante, Pérez & Almillano, inscribió en el Registro Público el 15 de enero de 2015 dos escrituras en la que consta que se desvincula totalmente de las compañías Coclesana de Distribución, S.A. y Suplatec, S.A.
En su lugar, quedó su esposa, cuya empresa familiar también fue proveedora del Ministerio de Educación.
Marciaga cauteloso; traspasa sus bienes
En octubre de 2011, Juan Carlos Marciaga constituyó, junto a su esposa, la Fundación Marapa, con el objetivo de proteger todos sus activos y evitar “embargos y secuestros”.
Uno de ellos se ubica en Bijao Club & Residences, en donde Marciaga compró el 5 de agosto de 2014 un inmueble valorado en más de 800 mil dólares, sin hipoteca bancaria.
Sorpresivamente, esa propiedad fue traspasada el 30 de enero de 2015 a la sociedad Revelin Corporation, S.A., constituida el 3 de febrero de 2014, de acuerdo con información del Registro Público. Lo mismo ocurrió con otro bien de Marciaga ubicado en Costa del Este. En junio de 2012, lo traspasó a la Fundación Marapa mediante una “compra” por más de 320 mil dólares.
Pero, hace tres días, exactamente el pasado 30 de enero de 2015, la fundación también donó la propiedad, esta vez a la sociedad Kadachi, Inc., creada el 3 de febrero de 2014.
Marciaga dijo a La Prensa que no hablaría de sus bienes ni de sus actividades comerciales privadas por su seguridad y la de su familia. Sin embargo, admitió que construye, con financiamiento bancario, un centro comercial en Penonomé, en un terreno que, según dijo, “donó” la familia propietaria de la tierra. Entre 2009 y 2014, Marciaga también adquirió automóviles de lujo, como un Porsche Cayenne, un Audi R-5 y una camioneta Toyota Land Cruiser. Además, amplió su galera en Costa del Este.