El crimen a balazos de los adultos mayores Abel González Frías, de 79 años de edad, y de José Gil De León, de 69 años, perpetrado el pasado 27 de marzo en un comunidad rural de Chepo, tuvo como móvil callarlos tras haber denunciado un caso de hurto pecuario.
Estos hechos salieron a relucir en la audiencia en la que se ordenó la detención preventiva de Melquiades Prada (alias Kiko) por ser el presunto autor material del doble homicidio.
Según las investigaciones de la Fiscalía de Homicidio y Femicidio Abdel González en una ocasión le compró reses a Prada, pero detectó que entre grupo de reses adquiridas había algunas con un ferrete distinto, por lo que presentó la denuncia ante las autoridades.
Las pesquisas indican que González comenzó a colaborar para esclarecer el presunto hurto de ganado y esta información llegó a oídos de Prada, quien decidió confrontarlo. De acuerdo con la fiscalía Prada contacta González con el ofrecimiento de la venta de ganado y lo cita en la comunidad de Superación Campesina de Chepo para finiquitar la venta. González decide hacerse acompañar por Gil De León, carnicero de profesión. Una vez en el lugar Prada le dispara a ambos. Las pesquisas del Ministerio Público señalan que los cuerpos fueron ubicados por agentes del Servicio Nacional de Fronteras luego de que familiares reportaran sus desaparición.
Durante la audiencia de imputación celebrada el pasado sábado, la juez de garantías, Oris Medina, imputó cargos por homicidio doloso agravado contra Prada y se ordenó su detención preventiva.
La juez Medina alegó que la detención provisional era la medida cautelar más viable en este caso por la gravedad del delito, riesgo de fuga y por el peligro para comunidad que implica el imputado.
A raíz del aumento de las denuncias de cuatrerismo en el año 2019 se reformó el Código Penal y se aumentaron las penas de 6 a 8 años de prisión para las personas implicadas en este delito.
La Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan) también ha denunciado el incremento de los casos de cuatrerismo en las provincias de Chiriquí, Panamá Oeste y Coclé.
Las autoridades estiman que existen bandas criminales que se dedican al hurto de ganado que es movilizado y vendido en provincias centrales o son sacrificadas y su carne es vendida clandestinamente.
Ante esta situación la Policía Nacional ha creado grupos especiales de agentes dedicados a las tareas de vigilancia, detección y ubicación de áreas en donde se registran casos de hurto pecuario.
También se hacen revisiones de camiones que transportan reses y se verifican los ferretes para determinar su posible alteración.
