La losa del piso 12 del edificio Urbana, en Obarrio, inmueble donde el pasado 1 de noviembre se registró una fuerte explosión, presenta rajaduras, lo que obligó al Benemérito Cuerpo de Bomberos de Panamá y al Servicio Nacional de Protección Civil (Sinaproc) a apuntalar las losas de los apartamentos 9, 10, y 11, para evitar posibles derrumbes.
El fiscal de atención primaria, Julio Villarreal, precisó ayer lunes a este medio que los expertos tomaron la determinación de apuntalar los pisos inferiores para evitar un posible colapso de las estructuras que pondría en riesgo a los funcionarios de criminalística que deben realizar las experticias que buscan determinar las causas de la explosión.
En las diligencias de inspección ocular que se realizaron ayer al piso12, debían participar ingenieros estructurales de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) y de criminalística, pero al observar el estado de la losa del apartamento, recomendaron hacer trabajos de apuntalamiento, ya que algunos soportes colocados previamente habían cedido por el deterioro de la losa.
Esos trabajos se iniciaron ayer lunes y deben estar concluidos hoy martes. De esta manera los peritos podrán ingresar.
El fiscal Villarreal detalló que el peritaje a realizar en el piso 12 “será bastante extenso”, ya que, añadió, se requiere verificar si la explosión se debió a “un acto doloso, accidental o culposo”.
Añadió que se deberá hacer una evaluación de los daños ocasionados al propio edificio Urbana, al igual que a las residencia de las zonas. Pero, más allá de lo material también están las afectaciones a la gente: tres personas están hospitalizadas por el hecho que también dejó al menos 20 heridos de manera leve.
La fiscalía también solicitó al Municipio de Panamá y a los bomberos, toda la documentación sobre las evaluaciones hechas al edificio, papeles que sirvieron para autorizar su ocupación. También pidieron constancia de las pruebas de hermeticidad a que fue sometido.
Villarreal advirtió que aún es prematuro poder definir si el PH Urbana podrá ser ocupado nuevamente, ya que ello dependerá de las evaluaciones de los técnicos estructurales. Reconoció que los trabajos de investigación tardarán algún tiempo por lo complejo de las diligencias que se deben realizar por parte de un equipo multidisciplinario.
En tanto, Ángel Delgado, director de Calamidades Conexas del Cuerpo de Bomberos, explicó que ya se autorizó la ocupación de los edificios aledaños, pero aquellos que sufrieron roturas de ventanas, y daños menores
Delgado explicó que el edificio Urbana fue cubierto con una malla protectora para evitar que el desprendimiento de escombros y vidrios pueda afectar a transeúntes y vehículos que circulan por el lugar, luego de la reapertura de la calle 54.
También relató que dos de las tres personas que resultaron heridas el día del suceso han mostrado una mejoría significativa y que solo la adulta mayor que resultó con quemaduras en el cuerpo y que está recluida en el Hospital Santo Tomás aún se encuentra en estado delicado.
La explosión ocurrida en la mañana del pasado 1 de noviembre en el piso 12 del edificio Urbana conmocionó a todo Obarrio, ya que la onda expansiva ocasionó daños en otros siete edificios y obligó el desalojo de al menos 600 personas.
El presidente de la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos de Panamá alegó que se requiere un cambio en la legislación, sobre todo en relación con los actores que tienen que ver con la seguridad en los edificios. Aunque ponderó el papel de los bomberos. Villarreal aseguró que en temas como estos, “no pueden ser juez y parte”. Es decir, no pueden hacerlo todo: registrar los planos, certificar las obras de construcción, y hacer las investigaciones.
En tanto, Irving Santos, abogado de uno de los residentes del PH Urbana, no descartó la presentación de acciones legales a raíz de los daños ocasionados por la explosión.
No obstante, estimó que es necesario tener el resultado de las investigaciones que realiza el Ministerio Público para evaluar las acciones legales a presentar.
Reconoció que hay personas con afectaciones físicas, psicológicas y económicas a causa de la explosión.
Para Santos se trata de un caso en el que los residentes del PH Urbana y de los edificios colindantes fueron duramente afectados, pues estuvieron varios días fuera de sus propiedades y fueron afectados emocionalmente ante la incertidumbre por los daños causados a sus propiedades.