Las inconsistencias y deficiencias en las auditorías de la Caja de Seguro Social (CSS), específicamente en el caso de la pérdida de fentanilo, han dado lugar a una nueva investigación por parte de la Procuraduría General de la Nación, que hasta ahora ha podido validar que en la entidad hay pésimos controles administrativos de los medicamentos.
Así lo reveló en la mañana de este 5 de febrero el procurador Javier Caraballo, quien anunció que la institución a su cargo está liderando dos investigaciones relacionadas con la desaparición de las dosis de fentanilo.
Caraballo respondía varias preguntas que le hacían los diputados de la Comisión de Credenciales, de la Asamblea Nacional, en una citación para considerar su ratificación al cargo.
El funcionario dijo que a pesar de que se trata de investigaciones en curso, les ha quedado claro que el caso se basa en una auditoría “extremadamente defectuosa”.
Habló de inconsistencias entre lo que dice la CSS, los que se perdió y las recetas que se manejan en el sistema.
“En muchos casos, los médicos retiraban el fentanilo y no se le pedían recetas. Hay otros casos en los que los médicos pedían recetas y no las usaban”.

De allí, explicó, que la Procuraduría ha tenido que reauditar todo el proceso. “Eso no ha sido rápido. Consideramos que en los próximos meses podremos dar una respuesta a la comunidad”, aseguró Caraballo.
El año pasado se reportó la pérdida de 19 mil ampollas de fentanilo, en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid de la CSS.
Las investigaciones internas de la CSS apuntaban a que se hacían numerosas solicitudes de ampollas de fentanilo prescritas para un mismo paciente, así como la falta de control de las llaves en donde guardaban los medicamentos controlados, entre otras.
“Lo que sí podemos decir es que Panamá no tiene un problema de fentanilo”, aseguró Caraballo, quien mencionó como referencia la epidemia de Estados Unidos, en zonas en las que se reportan unas cinco muertes diarias por la adicción al medicamento, mientras que en Panamá no se ha reportado ninguna muerte. “Si eso pasara en Panamá, en las calles se notaría. Y no hay reportes ni de consumo ni de muertes”, reiteró.
Las autoridades tampoco han podido determinar que las dosis que desaparecieron hayan sido enviadas al mercado de Estados Unidos o a otro lugar.
“Lo que hemos podido determinar es un desorden en la administración del medicamento que es en extremo adictivo y peligroso”.